Fui una niña con muchos regalos. Creo que eso me volvió una mujer con muchos regalos...
En nochebuena, abría los regalos de mi familia. En Navidad, abría los regalos de Santa. Y el día de Reyes, abría un único regalo de los Reyes Magos. (Hay que decir que en mi rancho, el dador de regalos importante era Santa.)
Santa no envolvía los regalos que dejaba en mi casa. Los Reyes, sí. Una caja.
Pero yo ya sabía qué era.
Me hacía inmensamente feliz.
Tal vez en mi casa no supieron lo feliz que me hacía, porque no era una niña que diera saltitos; pero me parecía un regalo increíble. Una caja de Almon Ris.
No sé a cuántos años equivale el siguiente "siempre"; pero en mi recuerdo, siempre recibí eso: una caja de chocolates.
Uno solo, este año, sería maravilloso.
Silvia Parque