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El regreso de Smorthian (parte VI)

Publicado el 01 junio 2010 por Blopas

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Maggoth llegó de noche a su casa, muy alterado por todo lo que le había sucedido durante la jornada. Como la excitación no le permitió dormir, aprovechó la oscuridad y el silencio para pensar. Pensó sin cesar, y entre preguntas y deducciones fue capaz de reflexionar. ¿Qué aspecto tendría Smorthian? ¿Podía un dios ser –a la vez– malo o bueno según su capricho, tal como lo habían descripto los antiguos escribas en el primer rollo? ¿Habría más dioses como Smorthian, condenados a una espera interminable? En su vigilia, Maggoth pensó que un verdadero dios debía estar del lado del bien. De lo contrario, ambos rollos tendrían que haber nombrado al Mal, en cualquiera de sus formas. Sí, Smorthian debía de ser bueno. Maggoth recordó que alguna vez, en la taberna, había escuchado a sus amigotes contar historias sobre antiguos dioses sin pueblo. Decían que se volvían perversos, que después de esperar eternidades la justa combinación de palabras o la secreta ceremonia ritual, regresaban a la vida para liberar toda su furia aletargada. Nunca les había prestado atención a esos borrachos, pero ahora comprendía que tal vez estaban en lo cierto.

A la hora del alba, cuando la luz es sólo una delicada línea de claridad sobre el horizonte y los campesinos se despiertan para comenzar otra dura jornada en el campo, Maggoth tuvo una visión. Una sucesión de hechos fortuitos le había permitido llegar a leer ese par de rollos de piel y sangre. Había experimentado en su pie apenas una ínfima parte de esa magia poderosa. Su cuerpo ya no era más el del bruto campesino Maggoth, sino una especie de gladiador ilustrado, capaz de leer y entender otras lenguas, de levantar un buey cansado sólo con su brazo derecho, de… ¡Tonterías! Tenía ante sí una oportunidad única: la de brindarle a Smorthian un nuevo pueblo que lo adorara. Y una vez que el dios satisficiera su egoísmo y recobrara sus fuerzas, Maggoth tendría el derecho de pedirle a Smorthian que le concediera el privilegio de su protección y la potencia de su magia para convertirse en líder de la comarca.

Iba a necesitar bastante ayuda, pero eso sería fácil de resolver si actuaba con rapidez. De un salto retomó la verticalidad, se vistió con las ropas más holgadas que pudo encontrar y salió al campo en busca de varios compañeros para llevar a cabo el trabajo más importante de su vida: la liberación mágica de Smorthian.

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