Estaba anocheciendo y marcaba mediodía. En la esfera del reloj, sus agujas giraban en sentido contrario.
Alguien le advirtió que en aquella extraña relojería recompraban tiempo mediante extrañas transacciones y pactos. ¡Vaya broma! Otro bulo vertido en internet. Pero, al fijarse en la pulsera que acababa de comprar, se estremeció.
Estaba anocheciendo y marcaba mediodía. En la esfera del reloj, sus agujas giraban en sentido contrario.
Estaba anocheciendo y marcaba mediodía. En la esfera del reloj, sus agujas giraban en sentido contrario.