El resplandor, de Stephen King

Publicado el 08 diciembre 2024 por Jimmy Fdz

 

Bibliometro #59. ¡Por fin pudimos llegar a leer El resplandor, maldita sea! Este fue el libro que no alcancé a leer una vez, hace tiempo, cuando le eché la mitad de la culpa a La información, de Martin Amis, ¿recuerdan ese cabreo que me llevé con ese maldito libro? Bueno, al menos ya estamos listos con este el segundo libro publicado por Stephen King, y al cual le tenía infinitas ganas por razones que ustedes ya deben conocer: por la película de Kubrick, por supuesto. Quería no sólo leer el libro de por sí, sino también hacer un juego comparativo entre libro y película, entre literatura y cine. Y debo decir que la película es una magnífica adaptación. Es cierto que cambia un poco el enfoque o el carácter de los personajes principales y que, con toda sabiduría, evita centrarse mucho en las múltiples tramas e historias ocultas que el Overlook materializa a voluntad (sugerir en vez de explicitar, una gran lección que nunca perderá poder y vigencia en el cine), pero lo medular está ahí y Kubrick le saca partido salvajemente, llevándolo a su propio terreno es cierto, pero respetando ese núcleo al fin y al cabo. Es gracioso y sintomático o revelador que a King no le haya gustado el proceso de adaptación (y que incluso haya amparado una versión televisiva a fines de los noventa que, al parecer, es una copia literal de la novela), pero considerando que su obra ha sido ampliamente adaptada al cine, en la mayoría de los casos con muy mediocres resultados (no saben adaptarlo, esa gente de verdad piensa que lo que King propone en sus novelas es puro y simple terror, novelas de sustos), y que nunca se ha mostrado tan tajante con respecto a esas adaptaciones peores y menores, pienso que su problema con Kubrick es un mero asunto de ego (aunque es cierto que El resplandor es una novela profunda y dolorosamente personal, visceral, y que es natural que King se tomara las cosas un poco más a pecho de lo necesario).

Partamos por lo básico y más importante: me ha gustado mucho El resplandor, la novela. Es cierto que el tramo final, en términos argumentales o de acontecimientos/soluciones, queda un poco al debe (por decirlo de alguna manera), puede que incluso un poco burdo, apresurado y forzado hacia el optimismo, pero sin ser un cierre muy logrado en ese aspecto, al menos sí resulta lo suficiente y aceptablemente coherente en relación a su fondo, a esa historia subterránea que corre bajo la premisa del hotel poseyendo a un padre para que asesine a su familia y así el hotel se alimente con el resplandor del niño, desatando una lucha cruel, injusta y descarnada.Porque he ahí el gran pilar fundamental de esta novela: esa construcción psicológica, negrísima y devastadora, el doloroso retrato de una familia mucho más rota y destrozada de lo que aparenta, cuyos problemas son más hondos y complejos que el alcoholismo o los problemas de ira del padre. El niño, con su esplendor, lo ve: el desamparo y la desesperación escondidos en lo más recóndito del alma de su padre, esa furia autodestructiva y fatal que disfraza o esconde permanentemente, que es el eslabón a partir del cual el Overlook aprovechará su pernicioso poder, su influjo. No es de extrañar que El resplandor cuente con dos historias principales que vayan de la mano, a saber: el mencionado y latente drama familiar/psicológico, ese núcleo que se desmorona a partir del dolor del padre, y la lucha contra ese sobrenatural y maligno hotel. Entre medio tenemos las subtramas, entretenidas y atmosféricas, que tienen que ver con el cocinero que también esplende y, por supuesto, la historia secreta del Overlook, con todas esas desgracias que ocurrieron en sus terrenos y que todas las noches despiertan puntualmente para hacer un brindis por la locura. Ese es otro aspecto que destaco sobremanera de este libro: su atmósfera densa y pesadamente claustrofóbica, o mejor dicho doble atmósfera porque sentirse atrapado dentro de las paredes y pasillos del hotel de verdad te corta a veces la respiración y, desde luego, también lo hace el estar encerrado en ese ambiente familiar tan gris, tan potencialmente oscuro y desgarrado, como si nos forzaran a ver la lenta y tortuosa muerte de un ser indefenso. Es como si el cielo cubierto de negras nubes cayera sobre los personajes, sobre el lector y no dejara pasar ni un sólo bendito haz de luz. El efecto es desolador y desalentador. Sumen a ello las historias secretas del Overlook y el mal rollo perpetuo está asegurado, amén de ese desarrollo preciso y potente con el que King hace avanzar las tramas.La novela sí hace gran hincapié en el pasado o el trasfondo de los personajes, especialmente de Jack Torrance, el padre (me fue imposible no imaginarlo con la cara de Jack Nicholson, y bueno lo mismo con los demás personajes, el rostro y la voz de Shelley Duvall, el niño que hizo de Danny), en su propio historial familiar, en su propio ciclo de violencia y oscuridad que parece estar condenado a repetirse una y otra vez a pesar de todo el amor que realmente siente por su hijo y su mujer. Ese es el efecto devastador: lo bien que King describe el tormento de un padre y de una familia genuinamente afectuosos entre sí, pero consumidos por esa oscuridad que luego se torna en maldad, que los doblega implacablemente. La tristeza de unos personajes que se saben poseídos, conscientes del daño que están causando, aunque no puedan hacer nada para evitarlo, aunque deseen con cada rincón de su cuerpo y de su corazón detener la trágica pesadilla.Y el final, como digo, funciona y no funciona a la vez porque, por un lado, lleva la pesadilla hasta sus últimas consecuencias, pero por otra parte pareciera no atreverse a dar la estocada final, esa última y necesaria estocada de pesimismo y fatalidad, prefiriendo una artificiosa y cómoda espectacularidad. Como sea, es un libro sobresaliente y a mí me ha encantado, he disfrutado mucho su lectura.
Con respecto a la adaptación de Kubrick, hay que tener en cuenta que no se puede, a priori, incluir todo lo que ocurre en las páginas de un libro, no necesariamente por temas de espacio/duración como por motivos puramente narrativos, de lenguaje.Tomemos por ejemplo la línea temporal del relato: el libro, claro, comienza con la entrevista del gerente del hotel a Torrance, y luego sigue de manera lineal todo el devenir del trabajo de cuidador de invierno, sin embargo hay numerosas y constantes escenas que ocurren en el pasado y que explican las personalidades y psiquis de la familia y sus miembros, escarbando en la lucha del padre contra sus propios demonios de autodesprecio y autodestrucción en pos de encontrar la luz. La película nos muestra solamente lo que ocurre en el hotel, a partir de la misma entrevista, sin flashbacks ni nada por el estilo, pero insisto no es sólo cuestión de tiempo: ¿es necesario en la película mostrar el drama familiar previo? Kubrick lo deja todo en la ambigüedad: los personajes saben qué ha ocurrido antes, los espectadores no, en ese caso es cosa de que leamos las actuaciones y saquemos conclusiones. ¿El padre ha hecho daño a su hijo antes, a su mujer? ¿El padre es malo, es loco, está poseído y en realidad es una víctima o siempre fue un psicópata o sociópata? ¿El padre lucha contra el influjo del hotel o acepta su poder? La decisión de quedarse estrictamente dentro del hotel es una herramienta y/o arma narrativa, porque esconde tanto como revela y lo conocido tiene el mismo color y textura de lo desconocido. En donde King destaca por una minuciosidad y complejidad psicológica-familiar, Kubrick brilla en una compleja atmósfera de sugestión y misterio.Sucede lo mismo con las múltiples y variadas trampas/fantasmas del Overlook: va más allá de incluirlos todos (aunque menos mal que no fue así porque eso de los arbustos animales que se mueven...), el asunto es qué representan, cómo la imagen puede aportar al terror, a la ambigüedad, a la simbología. No están en la novela pero el ascensor lleno de sangre derramada o el laberinto del jardín o las hermanas ensangrentadas son imágenes y recursos elocuentes que por sí solos constatan, uno, el poder y la naturaleza maligna del hotel, y dos, el eje dramático de la historia: están atrapados y perdidos en una infinidad de callejones sin salida, literales y mentales (la locura es un laberinto, ¿no?). ¿Que Kubrick no explica la historia del hotel, que no muestra o revela todos los fantasmas, que sólo aparece la vieja putrefacta y un furrie disfrazado de perro/oso? ¡En una película no es necesario entrar en detalle, menos aún en una película de terror (especialmente de un terror tan ambiental, nada efectista)! No es lo mismo narrar con palabras que narrar con imágenes. El hotel es malvado y está podrido, poco importa quién es la vieja, quién es el hombre perro, quiénes son los integrantes de la lujosa fiesta: están ahí y dan mal rollo, punto. Lo mismo con la actuación de Nicholson y Duvall, con ese matrimonio frío y distante en cuyo abismo nosotros tenemos que vislumbrar qué hay y no, qué se esconde, o el retrato de ambos personajes, radicalmente distintos de su original literario pero esencialmente nada errado.En resumidas cuentas y sabiendo que hay mucho que se me puede quedar en el tintero, quedándome con lo medular nada más, "The Shining" es una película que aprovecha magníficamente el material original, convirtiendo una ya de por sí retorcida y oscura historia de dolor familiar y lucha sobrenatural en una experiencia aún más desasosegante y diabólica, esquizoide. Como digo, el malestar de King debe ser más bien personal y de ego, y que me perdone por decirlo así a pesar de todo el respeto y admiración que ido sintiendo por su obra y persona artística.
Finalmente: película y novela, ¡disfruten de ambas obras! ¡Ambas son geniales a su manera!

Bien, no es este el ejemplar que alguna vez tuve y no alcancé a leer. Ese ejemplar, entonces, se perdió de verdad en los intestinos de Bibliometro y aún no entiendo cómo. El ejemplar que tenemos a mano, que "no estuvo" disponible durante tanto tiempo, "apareció" de repente, de la nada, aunque tenga tres préstamos en total, todos de este año y de la última porción de meses. ¿Se entiende algo? Yo aún no, y ahora que está leído, pasemos a otra cosa mariposa rosa amorosa caprichosa lodosa.