De todos modos, no las tienen todas consigo. Se muestran muy optimistas con la idea, pero a nadie escapa la dificultad que entraña enviar un robot bípedo a la Luna, tanto por los desarrollos tecnológicos necesarios para ponerlo en órbita como por la complejidad de desplazar por la superficie lunar un humanoide con piernas en vez de con ruedas. Esto lo sabe SOHLA pero priman la estética del robot para que sea lo más parecida a un ser humano, logrando así que nos sintamos identificados con sus conquistas y establezcamos cierta empatía con el robot.
El gobierno japonés se une a la iniciativa y pretende llevar otro robot en el año 2020, pero en esta ocasión los prefieren con ruedas. El glamour cuesta dinero, así que la Agencia de Exploración Aeroespacial Japonesa (JAXA) no tiene mucho interés en que su robot se parezca a un humano. El caso es que en menos de 10 años nos podemos encontrar con una nutrida población de robots japoneses haciendo de las suyas por la polvorienta superficie lunar.
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