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El santuario del diablo (Marie Hermanson)

Publicado el 29 enero 2013 por Montse @almaprendida
El santuario del diablo (Marie Hermanson)Datos técnicosTítulo: El santuario del diabloAutor: Marie HermansonEditorial: AlevosíaPrimera edición: Octubre de 2.012
SinopsisLa exclusiva clínica donde está internado Max es un lugar idílico: hay ríos de agua cristalina, se respira aire puro, en el comedor se puede tomar una copa de buen vino y el personal es sumamente atento y servicial. Cuando Max le pide a su hermano gemelo Daniel que ocupe su lugar para poder salir y solucionar un importante asunto, este accede. ¿Qué peligro puede haber en pasar unos días en una agradable clínica de reposo? Pero Max no regresa y Daniel empieza a temer que ese valle sea lo último que vea en la vida.
Autor
Según la página web de la editorial, Marie Hermanson nació en Gotemburgo (Suecia) en 1956. Estudió Periodismo, Literatura y Sociología en la Universidad de Gotem­burgo. En 1.986, publicó su primer libro, una colección de relatos cortos inspirados en los cuentos populares y mitos. Desde entonces ha publicado nueve novelas, donde explora el encierro y la claustrofobia cotidiana con una lógica impresionante, pero deja siempre la puerta abierta a lo absurdo y fantástico. Fenómeno único de la literatura de suspense nórdica; sus bestsellers han sido traducidos a 12 idiomas y han vendido más de un millón de ejemplares. El Santuario del Diablo es su primer libro traducido al castellano.
ArgumentoDaniel y Max son dos gemelos monocigóticos que apenas han tenido contacto durante su vida.
Un día Daniel recibe una carta de su hermano, en el que le pide que le visite en Himmestal, una clínica situada en los Alpes suizos donde está haciendo una cura de reposo por estrés.
Una vez juntos los dos, Max le ruega que se haga pasar por él durante un par de días, para que él pueda salir de allí y resolver unos asuntos económicos.
Daniel en principio se niega, pero Max consigue embaucarlo.
Pero los días pasan, Max no regresa y nadie de Himmestal le cree cuando asegura que él es Daniel, que no es Max.
¿Conseguirá escapar de la prisión en que se ha transformado lo que parecía un lugar de ensueño?
  • Al recibir la carta, lo primero que pensó Daniel fue que venía del mismo infierno. Era un sobre grueso de papel amarillento y rugoso. No llevaba remitente, pero el nombre de Daniel y la dirección estaban escritos en letras mayúsculas, con ese estilo descuidado y casi ilegible característico de su hermano. Como si las líneas hubieran sido trazadas a toda prisa. Pero la carta no podía ser de Max. Daniel no recordaba haber recibido nunca una carta de su hermano, ni siquiera una postal.
  • «Es típico», pensó Gisela Obermann. «El hermano de Max llega hoy. Y nadie me ha informado a mí, que soy su médico.» Así funcionaban las cosas en este lugar. Por eso ella estaba tan cansada. Su energía, que siempre se había dirigido como la punta de un cuchillo contra cualquier oposición, no podía hacer nada aquí. Se escapaba por las paredes que la rodeaban y se volvía contra ella.
  • Daniel apenas había mantenido contacto con su hermano durante los últimos años. Max había vivido en el extranjero, igual que él. Primero en Londres, luego en otros sitios donde, por lo que Daniel tenía entendido, se dedicaba a algún tipo de negocio. 
  • Con motivo de un juicio, le realizaron un estudio psiquiátrico que determinó que Max padecía un trastorno bipolar. El diagnóstico aclaraba gran parte del enigmático caos en el que Max parecía encontrarse todo el tiempo, sus negocios temerarios, su comportamiento autodestructivo y su incapacidad para mantener una relación duradera con una mujer.
  • ¿Conoces la historia del hombre que llevó el barco al infierno? -No. -Anna solía contármela cuando era pequeño. Era un hombre que estaba condenado a llevar en su barcaza a los muertos al otro lado del río. Tenía que ir de un lado al otro eternamente. Estaba infinitamente cansado de hacerlo, pero no sabía cómo podía liberarse. Hasta que un día se le ocurrió un ardid. ¿Sabes cuál? -No. -Dejarle los remos a otra persona. ¿Lo entiendes? Fue muy sencillo. Solo tuvo que pedirle a algún pasajero que remara un momento. Y así se liberó 

Opinión personal
Soy una fanática de los thrillers psico-claustrofóbicos; por eso, posiblemente, tuviera tantas expectativas puestas en este libro. Y, como suele suceder en la mayoría de los casos, cuanto más altas son,  mayor es la decepción.
No es que El santuario del diablo no me haya gustado, que sí, pero esperaba muchísimo más con ese argumento.
Aunque, a lo mejor, es que a mí lo del "Gran Hermano", el "ojo que todo lo ve", jugar a ser Dios y cosas parecidas no me termina de convencer.
Ambientada en Suiza, en una localidad ficticia, la obra está estructurada en cuatro partes, que se subdividen a su vez en sesenta capítulos muy cortos, y se desarrolla en un período de un par de meses, pero que por la angustiosa situación en la que se ve inmerso Daniel, se nos hacen eternos.
Escrita en tercera persona, con un narrador omnisciente, siguiendo un orden cronológico lineal, roto temporalmente por flashbacks, con un estilo directo, sencillo y conciso, sin florituras de ningún tipo y yendo a lo esencial, sin añadir nada innecesario, la trama está muy bien urdida, con una intriga que es una mezcla de  pesadilla kafkiana y película de Hitchcock, que nos mantiene alerta durante toda la lectura.
Su ritmo es ágil, en algunos capítulos mucho, gracias a la inclusión de diálogos en el texto, que dinamiza la historia, el cambio de escenas y la alternancia de personajes en las mismas, la utilización de frases cortas y el corte de capítulos en lo más interesante; además,  ignorar que es verdad y que es mentira, quién es bueno y quién es malo, nos absorbe enteramente.
Los personajes bien perfilados, con una correcta evolución a lo largo de la novela.. El más logrado es el de Daniel, que parece sacado de una obra de Kafka; que alguien sepa que está diciendo la verdad y que nadie lo crea, es para volverse, por lo menos, loco de atar.
Los ambientes y escenarios muy bien logrados, sobre todo la contraposición entre lo idílico del paisaje exterior y lo opresivo y asfixiante de las atmósferas interiores. Las descripciones muy precisas y aún así no sobra ni una sola página en el texto, porque la autora se dedica a hacerlo solamente de lo esencial.
El desenlace, para mi gusto, demasiado precipitado; aunque maneja bien los giros inesperados, el final no lo ha sabido rematar como se merecía, aunque es aceptable.
Valoración: 7,5
Leído el 21 de Enero de 2.013
El santuario del diablo (Marie Hermanson)

Montse Martín


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