Revista Diario
El secreto de la felicidad reside en tu ser, el amor que sientas hacia tu persona será el que transmitas a los que te rodeen; nadie quiere a un depresivo que busca la aceptación a través de sus lágrimas. El autoestima que percibas será aquel que te haga triunfar o fracasar; si confías en tus capacidades no habrá crítica que destruya tus ilusiones o proyectos, recuerda que toda opinión, con educación, es constructiva. No realices acciones para que los demás estén orgullosos de ti, hazlas porque te apetece y te hacen sentir bien. La base de la paz interior está en amarse a uno mismo, en reconocer los virtudes pero también los defectos. Las personas necesitamos el reconocimiento positivo de la sociedad, pero éste no será eficaz si no sabemos valorarnos cuando estemos en soledad. No desperdicies las horas auto-destruyéndote o auto-compadeciéndote por creer erróneamente que eres menos valioso que el hijo de tu tío Ernesto, aprovéchalo para conocerte mejor y sacar todas tus aptitudes a relucir. ¡Vamos, que aún tienes tiempo! Tú también eres válido. Eres único e irrepetible. No hay uno como tú. Eres especial en esencia. El secreto de tu éxito no depende de factores externos, depende exclusivamente del provecho que sepas sacarte. No seas idiota. Sonríe. Sé optimista. Deja el rencor a un lado. No seas envidioso, sé ambicioso. No te bloquees en infortunios pasados, aprende de ellos para fortalecer tu presente y asegurarte un futuro labrado. No duermas tanto, ese es el primer paso hacia la muerte. Haz deporte, tu físico y mente te lo agradecerán. Camina erguido, ¡seguro de ti mismo! Pisa fuerte, ¡que te escuchen llegar! Mira tu reflejo plasmado en el espejo. ¡Grítale! Dile que no vas a volver a llorar. Saca pecho y divulga el ejemplo, porque esto, hoy, ha dejado de ser un secreto.