El secreto de los rizos de bote.

Publicado el 06 agosto 2013 por Rizosa
Querido ovejo:
Una vez me confesaste con algo de penica y vergüenza que nunca recibiste una carta de amor, y como creo que tú te lo mereces todo, ahora que se acerca una fecha especial creo que era muy necesario cambiar eso y ponerme manos a la obra para que recibas la primera.
Sé que a veces soy complicada y que te pido más de lo que eres capaz de darme. Que soy muy exigente, que me irrito con facilidad, que mi vena sensiblona te pone muy nervioso y que te esfuerzas todo lo que puedes en complacerme, frustrándote al no conseguirlo.
Sé que somos muy diferentes. Que tú eres más de Deux Ex y yo soy más de los Sims. Que a ti te gusta jugar con ad carries y a mí con supports. Que eres más de montaña, y yo más de playa. Que adoras la cerveza y yo no la soporto. Que escuchas música indie y yo pop. Que prefieres leer en inglés, y yo prefiero hacerlo en castellano. Que te apasiona Doctor Who y yo prefiero Glee. Que prefieres el frío a mi adorado calor. Que la pasta te la tomas al dente y yo blanda, casi pasada. Que raro es el día en que no tengamos algo por lo que discutir, como Pimpinela. Que vivimos la vida de maneras distintas y que a veces nos cuesta mucho trabajo entendernos.
Pero soy consciente de que el amor es eso: esfuerzo. Contigo he aprendido que no siempre es fácil, ni bonito, ni perfecto. Que cuando se quiere a otra persona hay que estar dispuesto a dejar el orgullo aparte de vez en cuando, y preparado para olvidar cualquier concepción del amor que se tuviese antes y hacer borrón y cuenta nueva. Contigo soy otra Bea, una versión mejorada de mí misma.
Antes de conocerte yo no creía en el amor para toda la vida. Entiéndeme: no es que ahora crea en las historias felices de cuentos de hadas en las que siempre estaremos juntos y moriremos de la mano transformándonos en cerezo, sino que hoy por hoy, tal y como soy y siento ahora, no me imagino mi vida sin ti. 
Desde que te conozco no recuerdo cómo era capaz de estar con nadie más. Nunca había tenido tanta paciencia ni había luchado por algo tan persistentemente. Antes yo no sentía ese vacío extraño y ese miedo atroz al imaginarme sola, ni comprendía a los que me rodean cuando me hablaban de qué significa querer de verdad. Jamás he apostado tanto por nada ni por nadie, pero tampoco había obtenido tanta satisfacción al hacerlo.
Enriqueces mi vida con nuestras diferencias. Has actualizado mi versión de los Sims, te bajaste todos los parches nuevos de mi LOL y le has dado la mejor espada y escudo a mi sonrisa.  Me enseñaste la magia de los torrents, compartiste conmigo tus secretos sobre el Pixel Dungeon y me conviertes día a día en cómplice de tus aventuras de Peter Pan. Le das alas a esta Campanilla rota haciéndome sonreír cuando estoy triste y recordándome lo que se siente al volver a ver la vida con ojos de niño. Inexplicablemente entiendes mis manías y mis miedos, te descojonas con mis teorías sobre Cuenca y con mis muestras de cariño en forma de caracol, tienes el poder de los pieses, guardas mis secretos acerca de los rizos de bote y te has convertido en un imprescindible de mis tardes de gintonic y sol. Me conoces mejor que la mayoría, y por primera vez en mi vida eso no me asusta lo más mínimo. 
Perdóname si algún día no soy justa y pago mis agobios contigo. Siento mucho no ser una mujer zen de esas que cuentan hasta diez antes de liarla; sé que no tienes culpa de esta desafortunada situación actual en la que me encuentro y que todo es una mala racha que también pasará. Te aseguro que aunque a veces no lo parezca, le agradezco infinitamente a la diosa Fortuna que te haya puesto en mi camino, porque cuando estás cerca me siento mucho más capaz de salir adelante. 
Hace exactamente un año estaba a punto de conocerte y de aprender a querer. Con este post quisiera agradecerte todo lo que haces por mí, hacerte ver lo dichosa que me siento por verte pastar en mis praderas y lo esponjositas que me pones las lanas tan sólo cuando me sonríes. Eres mi skittle verde, el gofre de mis meriendas, el morado de mis Pantone, el balido de mis canciones y el mejor mojito para mi alma. Pero por si acaso no lo comprendes bien, porque sé que tú no eres muy de pasteleos y que tu lenguaje es el frikismo, lo diré de otra forma a ver si así queda claro:  you have given me the wind.  Gracias por ser mi constante.