El Secreto del secreto

Una de las cosas que hace el ser humano interesante es su secreto. Todos tienen al menos uno. Algunos son muy sencillos y otros llenos de sordidez. Es increíble esa falta de inmunidad que el ser humano posee: Tú no puedes estar de cotilleo, porque tienes también flaquezas, y aun así las personas no respetan esa simple ley de causa y efecto.

¿Por qué el ser humano tiene secretos?: Se podría decir que es el propio individuo quien determina lo que puede o no quedarse oculto, y entonces éste tiene un valor misterioso y también atractivo, pues es la herida que se intenta cicatrizar, la vergüenza que se quiere esconder o simplemente el “talón de Aquiles” (mucha gente sabe que es el punto flaco de éste personaje mitológico).
Se debería preguntar por qué alguien te cuenta un secreto: existen algunas razones para ello: la primera es el intento de lograr un aliado para las cosas que se hace. El individuo necesita un apoyo ajeno para ciertas acciones, porque de este modo no se siente tan errado, vulnerable y ni sucio delante de sí propio y de los demás; otra razón para una confesión sería el famoso “dar y recibir en cambio”: generalmente quien te cuenta un secreto lo hace por creer que va a ganar tu confianza y así contarás los tuyos también “al echar el anzuelo a ver qué pesca”.
La paradoja acá es el hecho de alguien querer mantener algo en secreto y al mismo tiempo sentir la necesidad de desahogarse con un/a amigo/a para no “explotar”. Y después se arrepienten de lo que hicieron…
…Al contar las “suciedades” para alguien se puede estar logrando problemas: Tú te quedas en “las manos ajenas”, bajo chantaje, pues podrán usar tus errores en tu contra para consiguieren lo que desean. Podrás oír cosas, tales como: “no hables de mí que no hablaré de ti también”.
¿Piensas que eres un/a psicólogo/a o alguien muy respetable y confiable por los demás sólo porque te dijeron ciertos secretos sucios o peligrosos? Un individuo que dice para el otro que es homosexual, por ejemplo, lo hace muchas veces por suponer que tú eres como él/ella y así tú le confiesas también.
Una persona te dice que tiene un/a amante y por eso tú te sientes feliz por conocer verdades tan profundas. Se espera con ello un apoyo y hasta también la complicidad al pedir ayuda para que se diga al/a la marido/mujer que aún se está en el trabajo, cuando, por ejemplo, se está en un motel o en un bar con ese “amor” secreto.
Nadie te dice algo solamente porque eres bueno/a. El ser humano vive en una búsqueda marginal y al mismo tiempo anti marginal: de un lado quiere descubrir los errores de los demás para manipularlos y de otro, quiere se justificar para no se sentir inferior a ellos.
Dicen que nada en este mundo se queda en oculto para siempre, y que la verdad aparecerá. ¡Quizá! Muchas veces la respuesta ya está en la cara del individuo, pero éste no quiere mirarla y se queda dando vueltas alrededor de lo que ya sabe.
Dicen también que ciertos secretos deberían de continuar en donde están: escondidos, callados y enterrados. Pues al revelarlos se podría causar daños en una familia, una relación de pareja etc. Sin embargo es la víctima quien tiene el derecho a decidir si quiere continuar viviendo una mentira o si es mejor saber todo.
¿Te arrepentiste alguna vez por haber dicho para alguien un secreto? Cuéntelo aquí, pues tu experiencia podrá ayudar los demás.