Revista Talentos

El secreto del tiempo.

Publicado el 26 noviembre 2015 por Francine @diariofrancine

El secreto del tiempo.
En un lugar llamado Annhas, vivía Carl, su esposa Eloisa y la pequeña, hija de ambos Iris que con 4 meses dejaba asomar el color anaranjado de los rizos que más tarde, crecerían de su cabello. Su boca que aún, no asomaba dientes, sonreía cada vez que veía a su padre y la mirada que iluminaba sus ojos azules, encandilaban a su madre en un acorde perfecto de ese afecto inexplicable que sólo une, antes de nacer.
Juntos, eran una familia feliz o como cualquier otra con altos y bajos con momentos más que otros, dentro de una vida que habían elegido, calma y tranquila sin ostento, vivida sólo de a tres.
Los cambios, no vendrían hasta pasados 3 años, cuando luego de 5 años Carl obtuviera  una promoción en la empresa de antigüedades para la que trabajaba, desde hacia 10 y luego de haber vivido detrás de papeles. Su ámbito profesional tomaría otro rumbo y ahora como comercial, los viajes le darían una impresión de libertad que nunca, había conocido.
Los 2 próximos años pasarían como un soplido y entre noches fuera y el cansancio al llegar a casa, todo pasaba a su lado, sin darse cuenta.
Rara vez encontraba a Amelia despierta y con un beso de "buenas noches" ,era lo único que sentía compartir con ella.
La vida de pareja, era inexistente y aunque Eloise lo intentaba, entre las tantas noches que tanto pasaba en vela, recordando las épocas donde proyectaban la vida de a dos, dentro de un sueño que ahora tenía un nombre, perdía su brillo apocando cada amanecer y la dejaban todavía más cansada.
Cada cosa seguirían su curso como en cualquier rutina pero en el cumpleaños número 7 de Amelia, Carl se encontraba a 1500 km de distancia y en esa mañana en la que sintió, mucho mucho frío, algo lo perturbaba camino a una reunión y creyendo que había olvidado algo, volvió al hotel y buscando en su bolso algo que no sabía bien qué era, dio con la foto de la pequeña en uno de los bolsillos y exclamando dijo:
-¡Amelia! Hija mía, he olvidado tu cumpleaños.
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