Y Priscila asiente, mientras recoge los billetes que el cliente de los jueves le tira sobre la cama.
Revista Talentos
—Priscila, mi amor, eres extraordinaria, dulce, inteligente... Contigo soy feliz. Una vez más, ha sido maravilloso. Ojalá mi mujer fuera así. Deberías ser tú la que viviera como una reina, no ella.
Y Priscila asiente, mientras recoge los billetes que el cliente de los jueves le tira sobre la cama.
Y Priscila asiente, mientras recoge los billetes que el cliente de los jueves le tira sobre la cama.