Tenía que coger dos guaguas para llegar al pueblo, luego caminaba unos quince minutos hasta su "pedacito". Sacaba la guataca que dejaba escondida por los matos, colocaba el agua a la sombra, se colocaba el sombrero y dedicaba unas horas a trabajar la tierra, Quitaba hierba, araba surcos o aporcaba las papas. Lo hacía despacito porque hacía ya años que no trabajaba en el campo. Cuando ya decidía que había trabajado bastante, recogía y se iba a la parada a coger la guagua. Una vez en casa y tras la siesta se dedicaba a sus pajaritos, solía llevarles "quemones" para que entraran en celo y se cruzaran. En sus paseos recogía maderas para posteriormente transformar en una jaula, una banqueta, un bernegal o pequeños juguetes. Cuidaba con mimo sus herramientas que eran asombrosamente antiguas y funcionaban perfectamente. Tenía un nombre de pila largo, con muchas sílabas, sus manos también eran grandes, grandes y fuertes.