Que sufrimos una crisis grande, es cierto, que los recortes y medidas que impulsa el gobierno no son acertados y sus frutos serán negativos, lo veremos (aunque no tardaremos mucho en padecer “los resultados”).
El libro electrónico ve aumentado su coste por el incremento del IVA y se oyen pocas voces. La mayoría no ve perjudicada su venta porque se limita a continuar aferrándose a un papel que ya no es el plato único, por mucho que algunos “entendidos” por estar relacionados directamente (llamados editores) sigan sin querer verlo.
Es cierto que en este país adorado casi nacemos con la mala idea de crear negocio basándose en las ayudas estatales o subvenciones y si éstas no llegan… la debacle.
No tengo duda, si se ha logrado en otros países, donde la producción cinematográfica ha buscado otras salidas y lo ha logrado siendo independiente y consiguiendo ingresos fastuosos por la asistencia del público, aquí podemos pero para ello debemos querer todos, los acomodados, los subvencionados (hasta ahora) y los nuevos valores que darán mucho que hablar en años venideros gracias a su calidad, su garra y su lucha e innovación.
Esperemos que academias e instituciones creadas para defender los intereses, lo hagan, porque la cultura es mucho más que libros, músicales, obras teatrales o películas, es imaginación, es pensar, es crecer, es... vida.