Los Piscis son los místicos del zodiaco.
El Símbolo de piscis es "El Pez" el pez representa la sensibilidad, la compasión, la ilusión y el entusiasmo.
El Planeta que gobierna los piscis es Neptuno.
El intuitivo Piscis es un elemento de Agua sensible a la vez que adaptable, representa la personalidad y el amla, que nadan en direcciones opuestas, a pesar de estar unidos.
Sus colores preferidos son el violeta y el gris.
Sus piedra son el amatista, la crisolita y el topacio.
El metal es el estaño.
Las flores que más le atraen son los lirios de agua y las dalias.
La gente de Neptuno tiene pocas ambiciones mundanas. A la mayoría de ellos les importa un comino el rango, el poder o el liderazgo, y tampoco la riqueza les atrae demasiado. Pocas personas de este signo habrá que lleguen a hacer dinero, como no lo obtengan por herencia o por matrimonio. Claro que eso no quiere decir que tengan nada en contra de él; aceptarán muy contentos las monedas que a ti no te sirvan, pero tienen más conciencia que la mayor parte de nosotros de sus cualidades temporales.
Piscis te dejará impresionado con su naturaleza ociosa y el encanto de sus modales. La mayoría de las restricciones lo dejan indiferente, si no le privan de su libertad de soñar y de ir buscando su camino en la vida. Más indiferente se queda aún ante los insultos, las recriminaciones y las coléricas opiniones de otra gente. Son muy pocas las cosas que le mueven a una acción o a una reacción violenta. Claro que el Pez no es totalmente apático; también tiene su genio. Cuando por fin se exaspera, puede ser mordaz y sarcástico, y demostrar que es rápido y cáustico de lengua. Los Piscis pueden azotar furiosamente con la cola y desparramar torrentes de irritación y de nervios, pero los nativos típicos del signo seguirán normalmente la vía de menor resistencia, y las frescas aguas de Neptuno diluirán continuamente su ira. Irritar al Pez hasta conseguir que pierda los estribos es como arrojar un guijarro en un lago. Se producirán algunas ondulaciones, pero la superficie no tardará en volver a la calma.
El Pez nació con el deseo de ver el mundo a través de cristales de color rosado. Bien conoce él el lado malo de la humanidad, pero prefiere vivir en su propio mundo sereno y acuoso, donde todo es hermoso y todas las acciones nobles. Si la realidad le resulta demasiado terrible de afrontar, es frecuente que huya a refugiarse en rosadas ensoñaciones con cimientos de plumas, y ni la más remota posibilidad de realizarse.
Para todos los Piscis la vida es un enorme escenario. Para el ojo reflexivo del Pez, toda la escena es evasiva y huidiza; como lo saben, los neptunianos aceptan la mayor parte de las tormentas con tranquilo equilibrio. El abatimiento, sin embargo amenaza siempre con invadirles e inundarles de sueños extraños u horripilantes pesadillas que más de una vez son premonitorias. Cuando Piscis tiene la sensación de que va a suceder algo, generalmente sucede. Si uno de ellos te dice que no viajes en ese avión o en ese coche, más vale que te hagas a la idea de ir caminado o nadando.
Cuando hablan de un alma vieja, los astrólogos se refieren a una que ha pasado por muchas vidas y ha retenido la sabiduría de cada una de ellas. Muchas veces se refieren a algún Piscis, porque una vida en este signo puede tanto la más difícil de las obligaciones que pueda elegir un alma como una ocasión de alcanzar la realización perfecta. En tanto que Aries representa el nacimiento en el zodíaco, Piscis representa la muerte y la eternidad.
El Pez es el duodécimo signo, compuesto de todo lo que ha sucedido antes, y su naturaleza es una mezcla de todos los otros signos, es decir, algo bastante difícil de hacerle frente. Su sorprendente capacidad de organización y de concentrarse en los detalles, que ocasionalmente aflora, lo mismo que su gentileza, refleja el íntimo conocimiento de las lecciones de Virgo. Su juicio es tan equilibrado y desinteresado como el de Libra, al igual que su amor por el placer.
El Pez puede ser tan caprichoso como los hijos de la Luna y tan feliz como el León. Le gusta burlarse y analizar en el estilo de Acuario, y rebosa muchas veces el idealismo y entusiasmo, como Aries, aunque por lo común sin el entusiasmó marciano. Una persona de Piscis puede moverse con la rapidez de Géminis e igualmente hablar y pensar con la misma celeridad. Tiene el lúcido ingenio de Mercurio y la delicada gracia de Venus, combinados con la mística penetración de Escorpio, pero sin su condición despiadada.