El silencio de lo prohibido

Publicado el 13 julio 2015 por Raquelferreirocotilla
Quizá podría haber sido todo diferente  quizá si nos hubiésemos conocido en otro momento podríamos haber ido a la playa de noche  y hacer el amor con las estrellas marcadas en la oscuridad de nuestros ojos. Quizá sienta que esto es una mierda que sentirte prohibido me mantiene viva que verte y que me quieras sin quererme hace que odie que sepas hacer las cosas bien. No me olvidas, me respetas, no me odias, me entiendes y así resulta imposible no besarte. Playa, cerveza y cigarro y sigo perdida en la ceniza que forma las ganas de encontrarte,  existe paz en este momento pero sin ti el vacío me mueve por dentro y ya no soporto más despedidas. Desnuda en el mar, te digo adiós con todo lo que eso quema aunque mi deseo fuese tener tus manosrodeando mi espalda en la orilla, acariciándome como solo tú sabes hacerlo, suave pero intenso, bonito pero lento. Prometería no volver a desearte pero ya sabes, soy la puta esquina de la cama con la que tropiezas cada mañana y eso y olvidarte no pueden ir de la mano. Olvídame tú, ódiame, deja de hacer caso a mis caricias, a mis sonrisas, a que mueva el pelo volviéndote loco, a todo aquello que no puedo ocultar. Al menos intenta ser tú el valiente que sea capaz de dejarme ir que no se quede esperando años a que seamos dos locos inconscientes pero con el deseo de ser felices hasta la muerte. Puede que te quiera no lo dudes puede que mi vida esté destinada a quererte a escondidas y por eso sea todavía más difícil decirte que te marches que esto no puede ser. 
Quizá podría haber sido todo diferente, quizá pueda olvidarte quizá no, quizá siga queriéndote como siempre, a escondidas y libre.
Dicen que los amantes nunca se encuentran sino que vive uno dentro de otro.