El peso fundamental del film esta sobre las espaldas de sus dos excelentes protagonistas, por lo menos en esta cinta, quienes encarnan a dos personalidades, el asesino en serie Hannibal Lecter, psiquiatra el, y la agente del FBI Clarice Starling, psiquiatra ella. Los buenos?(FBI) deben encontrar a un asesino en serie y para ello encargan a la agente Starling encuetros con Lecter quien se encuentra en un Hospital Psiquiatrico de máxima seguridad cumpliendo condena, con la finalidad que el último ayude a desentrañar el perfil psicológico del asesino y así encontrarlo.
Esa es una historia, muy bien contada y con los momentos de suspense y golpes de efecto y montaje necesarios para convertirla en un excelente Thriller. Pero lo más interesante de la película está en esa otra historia, más original, sutil, de la relación entablada entre un asesino serial y una agente/mujer/psiquiatra y que trasciende el hecho de la colaboración para solucionar esa otra historia. Cada uno trata de introducirse en la mente del otro poniendo en juego su inteligencia y sensibilidad, cada uno con un fin distinto por supuesto, nos introducen en un viaje hacia las personalidades de ambos. Y en este lugar del film es donde uno hasta puede llegar a entablar cierta empatía con el asesino a partir de su estado de encierro, su palpable sensibilidad para captar las cosas bellas del mundo y su respetuosa y justa relación con la agente Starling.
Este film tuvo dos secuelas y finalmente una precuela que cuenta la infancia y juventud del protagonista Hannibal Lecter, aunque ninguna de ellas alcanzó la notoriedad, y calidad de la primera.
Frase de la película : “Quid pro quo” de H Lecter a C Starling y viceversa.