Segundo y poderoso poemario de esta autora best seller. Dividido en cinco movimientos (marchitarse; caer; enraizar; crecer; florecer), este poemario se desliza desde las profundidades de un desamor y el dolor que conlleva hasta la fuerza y la alegría que pueden florecer tras ese sufrimiento. Un vibrante y trascendental viaje sobre el crecimiento y la curación, la descendencia y el honor por las raíces de uno, la expatriación y la búsqueda del hogar en uno mismo.
Me gusta la poesía, siempre me ha gustado. Aunque no es un género que consuma tan habitualmente como otro, me gusta volver a ella, me relaja.
Cuando Marta del blog Bookpiic habló de Rupi Kaur en su cuenta de Instagram, supe que tenía que descubrir a esta autora. Porque sí, porque ya había oído campanas y sólo me faltaba el último empujón. Un empujón que me llevó a comprar los dos títulos que Rupi tiene publicados: Otras maneras de usar la boca y este que hoy os traigo.
Y yo... en mi línea. En vez empezar por el primero, me lancé a este último porque... ¡qué se yo! Bueno sí, voy a daros una razón, adoro los girasoles y la portada me llamaba sin remedio. No hay un orden para leerlos, no es una serie, pero os cuento esto porque existen muchas críticas que recogen que algunos poemas publicados en El sol y sus flores son prácticamente los mismos que los que aparecen en Otras maneras de usar la boca. En mi caso, todos han sido novedosos, es mi primera incursión y, como ya os podréis imaginar, no he podido percibir esa repetición. A ver qué pasa cuando lea el primer título.
La sensación global es muy buena. Me he encontrado con un montón de poemas que marcar, y mensajes muy bonitos que recordar. Algunos largos, con mucho que contar. Y otros cortos, directos, duros o emocionantes; acompañados de ilustraciones que no aparentan más que bosquejos pero bonitas, directas, excelentes compañeras de esas letras.
El libro se divide en cinco partes:Marchitarse, caer, arraigar, levantarse y florecer. No todas me ha gustado por igual pero ninguna me ha disgustado en absoluto.
Las dos primeras aluden al dolor y al abandono de uno mismo, y han sido las que más me han gustado. Fue sencillo empatizar con quien estaba detrás de esas palabras desgarradoras, con la historia que contaba y cómo lo hacía. Hice mía su desdicha, su soledad, su oscuridad, su ahogo, su desilusión...
esperas a alguien
que no va a volver
lo que significa
que vives tu vida
deseando que alguien se dé cuenta
de que no puede vivir la suya sin ti
- las revelaciones no funcionan así
En arraigar, ella misma dice que honra a sus raíces y así es. Nos presenta su cultura, su familia y de un modo especial y muy cariñoso a su madre. Y es que este libro también es un homenaje a las mujeres recogiendo en florecer su empoderamiento.
En levantarse se homenajea el amor. El amor sano, maravilloso, de igual a igual. En realidad, marchitarse es un adios, un desgarro... Levantarse es un emprender un nuevo camino, un volver a empezar, un recuperar la luz, y por tanto ese punto optimista tan necesario cuando cierras un libro.
cuando la muerte
me coja de la mano
te cogeré con la otra
y prometeré encontrarte
en cada vida
- compromiso
En definitiva, solo puedo deciros...
NO TEMÁIS LA POESÍA