Me he pasado la vida vagando entre sueños.
Truman Capote decía que una persona que no sueña se envenena por dentro, y acaso tuviera razón. Pero los sueños son como el aire: alimentan tu vida hasta que acaban consumiéndola como con los rescoldos de una hoguera. Así que ya puestos, veneno por veneno, yo estoy aquí borracho de melancolía. Pero, sobretodo, borracho de cerveza.