SinopsisHanover, Alemania, 1904. Frederick y Jette son una pareja poco convencional cuyo destino se une al conocerse una cálida tarde de primavera en el parque de Grosse Garten. Frederick posee el don de la música, y, Jette, a pesar de su falta de gracia femenina, una sensibilidad especial para apreciar una delicada melodía. Al escuchar de boca de Frederick un aria de La Bohème de Puccini, reconoce en él al hombre de su vida. Poco después, Jette se queda embarazada, y ante la rotunda desaprobación de su madre, deciden huir juntos y embarcarse en el primer buque que zarpe hacia el Nuevo Mundo. El azar les lleva a Nueva Orléans. La pareja acabará instalándose en una pequeña ciudad de Misuri, donde da comienzo la gran historia de amor y supervivencia de cuatro generaciones de una misma familia.
AutorSegún la página web de la editorial, Alex George (Wiltshire, Gran Bretaña, 1.970) estudió derecho en Oxford y ejerció como abogado en Londres y París antes de trasladarse definitivamente a Estados Unidos y dedicarse por completo a la escritura. Su primera novela, Working It Out, fue considerada por The Times como uno de los diez mejores libros de 1.999. El sonido de la vida es su cuarta novela y se publicará próximamente en más de diez países europeos. En la actualidad vive en Beatrice, Misuri, ciudad donde se desarrolla esta novela.
Argumento
El resumen de esta obra es "el gran sueño americano": la historia de una familia a lo largo de más de cien años contada por uno de los miembros de la tercera generación, en la que la mayoría de sus integrantes están especialmente dotados para la música.
- Y entonces, al pasar junto a una pared de alheñas podadas, una canción se deslizó desde detrás de los setos. El cantante era un hombre: su voz, tan clara y pura como una campana recién bruñida, cayó sobre Jette como una ducha de jazmín. Se detuvo, paralizada por la sencilla belleza de la melodía. Jette podía oír esperanza y encanto en cada sílaba, aunque no entendía ni una palabra de italiano. Incapaz de alejarse de allí, sola junto al seto de alheña, el acto de escuchar le resultó de una intimidad fascinante. El cantante invisible parecía estar susurrándole al oído, actuando para ella sola.
- Con los billetes en la mano, Frederick y Jette se unieron a una cola para el examen físico y las vacunas. Esperaron en silencio entre los pasajeros parlanchines, como una silenciosa isla de nostalgia en aquel animado mar de esperanzas. El resto del día lo pasaron bajo la fría sombra del barco, en una lenta procesión de entrevistas e inspecciones. Escrutaron sus papeles, les hicieron preguntas, les pusieron valiosos sellos. Por fin, se les permitió subir por la rampa de embarque al Copernicus.
- Comenzó a hablar con otros pasajeros. Todos tenían una historia que contar. Algunos cruzaban el océano siguiendo los pasos de amigos y familia. A otros les habían prometido trabajo. Unos pocos iban detrás de un sueño. Pero todos tenían en sus labios el nombre de una ciudad que sonaba extraña, y Jette envidiaba el lujo de tener un destino final que repetir en voz baja como una oración. Anhelaba saber dónde acabaría su propio viaje.
Opinión personal
Vi este libro por primera vez en el escaparate de la librería de al lado de casa (ya sabéis, la del libro del presentador; pero ahora aún es peor y no voy a dejar pasar la oportunidad de contároslo: la biografía de un cantante adolescente canadiense ídolo de masas y la primera parte de la biografía de un expresidente casado con una alcaldesa, que no sé que nos tiene que contar que no sepamos, porque será la Historia la que lo tendrá que juzgar, digo yo) y me dejé seducir por la portada y porque lo anunciaban como el libro del año. Y volví a tropezar en la misma piedra (el año pasado ya me estrellé con El sabor de las pepitas de manzana, un libro que tuve que abandonar a la mitad).
A pesar de que yo no tengo oído (tengo orejas para llevar pendientes, nada más) y que lo de la música (perdón por mi ignorancia en esa materia) me echaba un poco para atrás, lo de una saga familiar es algo que me supera y no me puedo resistir.
Pero, ya os adelanto, el libro no me ha gustado nada. La historia de la primera generación, Frederick y Jette, es muy buena, pero conforme avanzamos con la lectura se va desinflando poco a poco, hasta que al final he tenido la sensación de que me han tomado el pelo descaradamente.
Sé que el año no va a continuar por este camino (aunque este libro lo empecé el anterior), porque el que tengo ahora entre manos creo que va para notaza (en algunos sitios he leído que es uno de los imprescindibles de 2.012 y por ahora estoy completamente de acuerdo con quienes opinan eso; que no os pique la curiosidad, que os lo digo: Las leyes de la frontera, de Javier Cercas)
El sonido de la vida está muy bien escrito, pero el argumento no da para más: historias y más historias (sobre la familia, sobre sus vecinos...), y ahí acaba todo. Parecía que iba a ser una novela emotiva, pero al final he descubierto que es hueca, vacía, sin sustancia.
Ambientada en Hannover (Alemania) y en Beatrice (Estados Unidos) durante más de un siglo, con el telón de fondo de todos los acontecimientos históricos que se han sucedido durante todos esos años (desde la Gran Guerra a la Segunda Guerra Mundial, pasando por la de Corea o el asesinato de JFK), la novela está estructurada en 47 capítulos y un epilogo.
Escrita en primera persona por un narrador/personaje (omnisciente), James Martin Meisenheimer, con una prosa y un vocabulario cuidados (podría decir, haciendo un juego de palabras con la auténtica protagonista de la novela, que está llena de musicalidad), siguiendo un orden cronológico lineal con algunos flashbacks, la trama es bastante simple, con un ritmo pausado para que nos deleitemos en la manera de escribir del autor.
Los personajes y los ambientes muy bien conseguidos (algo muy de agradecer con un argumento tan flojo), así como su contexto histórico (quiero destacar especialmente el período de la Ley Seca y la segregación racial).
El desenlace, aunque tiene un giro inesperado, muy precipitado, y con gran cantidad de datos que he sido incapaz de asimilar.
Valoración: 6
Leído el 2 de Enero de 2.013