No queremos dudar de la inteligencia del señor Cristóbal Montoro. Alguien que lleva 20 años viviendo del erario debe ser como mínimo muy listo, para permitirse vivir tantos años como un marqués a cuenta de los impuestos de los contribuyentes.
No obstante lo anterior, su extraña declaración negando que el sistema autonómico sea despilfarrador, nos hace albergar serias dudas, si no acerca de su capacidad mental, al menos acerca de los intereses que hay detrás de una frase tan manifiestamente falsa y tan escandalosamente provocadora.
Sería sumamente fácil publicar aquí 20, 30 o 500 ejemplos de los despilfarros que día sí y otro también cometen los miembros de la casta en sus chiringuitos autonómicos. Es más, existe lo que podríamos llamar, el "despilfarro institucional", que consiste en crear en cada Comunidad Autónoma una administración paralela, que birla a los funcionarios toda decisión importante respecto a inversiones, subvenciones, contratos, adquisiciones, y en general, toda decisión que tenga relación con dineros públicos.Estas decisiones, que deberían ser tomadas con criterios técnicos por funcionarios capacitados, se toman en empresas privadas creadas por y dependientes de los gobiernos autonómicos, priorizando el interés particular, partidista por sobre el bien común.Ahora, lo que sencillamente no tiene explicación, excepto que se estén construyendo pequeños estaditos a costa de los contribuyentes, es la estúpida, y cara, manía de duplicar todos los órganos del estado central.Suponemos que para el señor Montoro debe ser un acierto, y no un despilfarro, que cada CC.AA. tenga un Defensor del Pueblo propio, que compite en burocracia y mal servicio con el Defensor del Pueblo del Estado.
También debe ser para el señor Montoro una inversión estupenda, la creación de tantos Tribunales de Cuentas como CC.AA. existen, copiando cada uno de estos minitribunales, el partidismo y la inoperancia del Tribunal de Cuentas del Estado. Lo que no debe ser despilfarro sino un chiste, es que haya sitios en que convivan cuatro cuerpos policiales, Nacional, Guardia Civil, Autonómica y Local, sin que en estos sitios haya estadísticas que comprueben que son mucho más seguros que sitios que solamente tienen a la Policía Nacional o a la Guardia Civil. Tampoco será para el señor Montoro un despilfarro las decenas de ruinosas televisiones autonómicas que bombardean día y noche propaganda del reyezuelo de turno, a unos costes desmesurados y con miles de trabajadores que nadie sabe exactamente qué hacen, excepto vivir a costa de los contribuyentes.La última moda en despilfarro institucional autonómico es la creación de "Consejos Consultivos", que no es más que la copia cutre de ese cementerio de elefantes políticos conocido como "Consejo de Estado". Los Consejos Consultivos son organismos con unas competencias absurdas, creados únicamente para proporcionar silla, sueldo, coche y pasta a los amiguetes del partido de turno, pagado todo esto, claro está, por los contribuyentes.Sería largo y tedioso seguir enumerando los despilfarros de las CC.AA. que son, además, públicamente conocidos, comentados y criticados por toda España excepto por el señor Montoro que los desconoce.Lo que es verdaderamente preocupante es que el señor Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, encargado, según la web ministerial, de "propuesta y ejecución de la política del Gobierno en las siguientes materias: Hacienda pública, presupuestos y gastos, empresas públicas, gestión de los sistemas de financiación y cooperación con la Administración autonómica y local, apoyo a las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno, función pública, empleo público, formación de empleados públicos, de reforma y organización de la Administración General del Estado, procedimientos e inspección de servicios, impulso de la Administración electrónica, evaluación de políticas públicas y mejora de la gestión pública y la calidad de los servicios"no tenga pajolera idea de en qué se gastan los cuartos los reyezuelos de las Taifas a los que debe financiar con el dinero de todos. Su declaración respecto a la inexistencia de despilfarro en las autonomías, lo deja, indiscutiblemente, incapacitado para ejercer como Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, sencillamente por ignorar hasta el ridículo la realidad de su sector.Recortes para Todos