Unos 2 millones de niños comen 5 días a la semana en su centro escolar aunque actualmente va disminuyendo el número de comensales. Muchas familias tienen problemas económicos para llegar a final de mes. Por lo tanto, el coste del menú escolar, unos 150 euros mensuales de media, es difícil de asumir.
En estos tiempos de dificultades aparece una nueva alternativa: el táper, tupper o fiambrera en la escuela. Sin duda, una medida de ahorro interesante para los padres.
Debemos estar atentos, el fenómeno “tapperware” no es nuevo. Con la crisis ya hace tiempo que coge fuerza en el ámbito laboral pero ahora viene para quedarse en la escuela.
El departamento de Enseñanza de la Generalitat de Catalunya ha iniciado la polémica. La semana pasada autorizó la implantación del servicio de fiambrera como alternativa al comedor escolar convencional… pero… avisando que el coste por niño puede llegar a 3 euros por día. No será un caso aislado, no dudo que las demás comunidades aplicarán medidas similares.
La noticia inicialmente impacta y muchos padres han mostrado su desacuerdo.
“La fiambrera de casa… ¿Y pagar hasta el 50% del servicio de comedor?”
Analizado “en frío” no parece tan desorbitado. Traer la comida de casa al colegio tiene un coste, si lo tiene, aunque no nos guste. Me explico…
Las escuelas no están preparadas y deben adecuar las instalaciones. Y aparecen muchos obstáculos que se deben solucionar…
Inicialmente implicará una inversión importante en neveras y microondas. ¿Y tal vez una nueva ubicación? Lo veo difícil. Creo que lo mejor seria habilitar parte del comedor actual para rebajar el coste del servicio de limpieza y monitores que no se pueden suprimir.
Por otro lado, la conservación de los alimentos debe tener especial atención. Es muy importante no romper la cadena del frío para evitar toxiinfecciones alimentarías. Los tápers no se pueden quedar en la mochila. La primera tarea escolar del día será depositar la comida en el lugar asignado de tu nevera.
Aquí no puedo evitar hablar de menús de los comedores. Hoy en día la alimentación en el comedor escolar ha mejorado mucho pero aún debe mejorar. Los datos del último estudio a nivel nacional que realizó Eroski Consumer sobre los menús escolares hablan por sí solos. La falta de verdura, ausencia de legumbres y pescado, exceso de precocinados y el abuso de dulces son los errores dietéticos habituales que no tienen EXCUSA. En mi opinión, es una asignatura pendiente por parte de la administración competente. Queda claro que fijando unas condiciones mínimas sanitarias y realizando inspecciones puntuales en los centros no es suficiente.
Si los servicios de alimentación de las escuelas aún tienen detalles por pulir ¿Qué pasará con los padres? ¿Cómo planificarán las comidas? ¿Seguirán las recomendaciones de una alimentación sana? ¿Quién los va asesorar? ¿Cómo afectará a los niños? Os recuerdo que la obesidad infantil es un problema actual y estos cambios pueden incrementar las cifras.
Esta nueva forma de alimentación en la escuela no puede impedir seguir una dieta sana y equilibrada. Creo indispensable implantar un mecanismo de supervisión y asesoramiento nutricional. El papel del dietista-nutricionista debe ser clave.
Debemos recordar que el comedor escolar es (o debería ser) un servicio educativo, dónde se promueve unos hábitos alimentarios e higiénicos saludables garantizando una dieta saludable. Y por lo tanto, parte indispensable de la educación de los escolares. (En el post de Crecer y aprender a comer destacamos el importante papel de la escuela.)
¿Cuál es tu opinión sobre el tema? ¿Alguna propuesta o idea?