El tataratataratataratatara....nieto de Bryan

Publicado el 06 abril 2012 por Maricari
Corría el año 1233 y un descendiente de Bryan (aquél que anduvo codo con codo con Jesucristo en Judea) anda pateando las calles de Florencia, pues su antepasado fue reconocido por su padre, un centurión romano que, al jubilarse, se lo lleva a Roma y de ahí a la bella Toscana.
Bryan es el mancebo de una rebotica de un tal Alejo frecuentada todos los martes por la noche por unas amigos un tanto raritos, él ha contado entrar hasta 7 y todos le dicen que vienen a orar juntos. A Bryan no le importa pero, lo que le tiene mosqueado es que Alejo quiere vender la rebotica, y él como su mancebo carece de dinero y de contactos que puedan prestárselo para comprarla, a no ser unos judíos usureros que se hacen llamar prestamistas o banqueros que al parecer están un poco emparentados con su tataratataraaaa...abuelo.
Ante su infortunio ha comenzado a beber de las ideas de Alejo y piensa marcharse con ellos al Monte Senario, solo hay un problemita sin importancia, y es que le exigen que venda lo poco que tiene y se lo entregue a los pobres tal y como van a hacer los 7.
Han pasado los años y los 7 más el apostillado llevan una vida de miserias culinarias y eso sí, de misericordia extrema en nombre de María, la que fuera la madre de Jesús y que tanto quiso al  tataratatara...abuelo de Bryan, así que deciden en comunidad (palabra que derivó con los años en otro modo de vida llamado modernamente comunismo) adoptar la Regla escrita de San Agustín.

Y cada vez era mayor la popularidad de los 7 lo que hizo que fueran visitados por el cardenal delegado del Santo Pontífice, aunque no dejaron entrar a Bryan en la reunión, pudo enterarse de que el Sumo quería que no se debilitasen con tanta penitencia y abstinencia (dónde fallaba Bryan estrepitosamente pues ya en esos días tenía varios churumbeles) y que se ordenaran sacerdotes y predicaran el Evangelio.
Los 7 estuvieron de cónclave varios días pues de verdad que lo que les gustaba era su entrega a María, pero Bryan veía claro que había un gran problema para alcanzar la obra de Jesús ya que carecían de los conocimientos que tuvo éste en su época para hacer milagros...¡Ah! esos milagros de convertir el agua en vino, los panes y los peces, a él se le alegraban los ojillos al pensar en semejantes manjares y,  andar sobre el mar muerto, esto tamibén, y lo mejor fue resucitar a Lázaro, o impedir que lapidaran a una mujer con solo tres palabras... "El que esté libre de culpa que arroje la primera piedra"... oye y no hubo nadie, eso es conciencia.
Qué hacemos, preguntó Bryan. Pues ordenarnos sacerdotes, qué vamos a hacer, y lo hicieron, menos el boticario Alejo y su mancebo. Los 6 en pago recibieron 100 conventos... ni uno más ni uno menos. Y Bryan quedó siempre al cuidado de su boticario que murió en 1310 como simple monje, el último de los 7 santos fundadores.
P.D.: estando en los días que estamos, creo que podría servir al Jardín una pequeña reflexión que podría hacerse eterna en los tiempos, dice así... "Los tratos mundanos que conllevan el cambio de ideales por el vil materialismo suelen estar disfrazados de bondades, ya sea en el año 2012 o en el 1220, porque aquí, el resultado final puede verse como que... Los 7 vendieron su negocio y consiguieron 100... y determinar que  la espiritualidad se mire como se mire ... es un buen negocio"




{¡B U E N A_____S EMANA     SANTA!}
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