Una tarde, hace años, se tapó el resumidero de la regadera. Se tapó con cabellos y solo hacía falta quitar la rejilla y sacar los cabellos; pero no lo sabíamos, así que llamamos a un fontanero. El señor fontanero me dio una lección de cuidados domésticos, me regaló una copia del CD de Mujeres, de Joaquín Sabina, y recibió gran abrazo de agradecimiento. Un abrazo de cuerpo completo, por decirlo así.
Desde entonces, no había tenido yo más tentaciones técnicas, hasta hoy. El fin de semana estuvo lloviendo fuerte y me quedé sin internet. Volvía, se iba, volvía, se iba... La empresa que me da servicio quedó en enviar un técnico ayer, pero llegó hoy. Hizo lo que tenía que hacer y yo me porté todo lo señora que soy con la criatura enseguida. Pero me gustó como para venir a escribir una entrada del gusto.
Silvia Parque