Aún no he publicado mi segundo trabajo, y ya estoy pensando y dando vueltas a posibles ideas para un tercer libro. Tal como vienen, las despido… porque ninguna me convence por completo. Siendo como soy, querré escribir mejor a cada intento, y una historia convencional no me dejaría satisfecha.
Hace unos días respondí a una entrevista para la futura nota de prensa de la editorial (Ediciones Atlantis). Siete cuestiones con mucho fondo, que me hicieron pensar y ponerme nerviosa de nuevo. Me pregunto qué será de mí en la presentación oficial… En cualquier caso, creo que estuve a la altura ¡para ser la primera vez! Como ignoro si puedo transcribir la entrevista completa, os dejo -de momento- un avance con dos de sus preguntas:
1. ¿Qué tienen en común los relatos que componen La flor contada? Los sentimientos, o los sentires, que es un término menos usado y con una pizca más de poesía. Todos ellos tratan sobre las emociones humanas; en algunos casos, extremas. Los cincuenta relatos tienen algo del ADN de su autora, pero el porcentaje autobiográfico varía mucho según la historia, lógicamente. Por eso se titula “La Flor contada”…
6. ¿Qué influencias literarias, culturales o personales crees que han podido manifestarse en las tramas de tu obra y en su estilo? Muchas y muy diversas. Algunas pueden verse claramente en ciertos cuentos, como por ejemplo en “Mar de palabras”, donde utilizo versos de Juan Ramón Jiménez como fuente expresa de inspiración. Autores y poetas andaluces -clásicos y contemporáneos- se encuentran entre mis imprescindibles, a la hora de dejarme influenciar para escribir cuentos revestidos (o eso se procuró) de poesía; escritores extranjeros como Poe, Higgins, King o Karen Rose, son los elegidos para aprender a relatar la intriga.
Lo dicho: mientras va tomando cuerpo La Flor, esta plumilla sigue alternando los pensamientos con las aspirinas, hasta dar con esa luz que me atraiga y me enamore irremisiblemente, en forma de tercer libro.
Seguimos trabajando…