La lucha entre el oso pardo y el oso polar parecía no tener fin. Ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder ni un poquito de terreno. Se encontraban enfrascados en un abrazo mortal cuando un rugido desconocido los interrumpió.
Ante ellos apareció un oso panda ansioso por unirse a la dinámica. Abrió el hocico y, en lugar de un rugido, el sonido que salió de su garganta fue: "anyoung".
Los tres úrsidos se fundieron en un fraternal abrazo radioactivo.