Mientras, el solme extiende sus cálidos brazosy me saca sin mudanzade una casa desconocida,yo dirijo mi mirada indiscretaa una desordenada habitación donde maduran los recuerdos.Digo adiós a mi soledady a las noches solitarias.
Después, me miro en el espejo del ocasoy veo la sombra del olvido.Salgo al encuentro del sol,buscando por calles deshabitadashasta que cabalgando llegoa la frontera del destinodonde el tiempo muereen la palma de mis manos.( M. Sánchez, sept. 2012)Reservados los derechos