El trabajo del copywriter

Publicado el 03 junio 2014 por Xabelg



El trabajo de un redactor publicitario consiste en adaptar la información que las empresas, personas o instituciones desean dar a conocer a su público. En términos analógicos, es el elemento que conecta al anunciante con su público a través de la palabra. Debe comunicar de forma clara, breve y brillante aquellos conceptos o ideas que el anunciante desea transmitir. Si bien el redactor publicitario no puede hacer el trabajo de un diseñador o de un encargado de marketing, ninguno de estos dos, ni el cliente, puede suplir al redactor. Aunque la redacción publicitaria no es un recurso demasiado utilizado en la actualidad, es un artífice esencial de la comunicación.La importancia de esta actividad radica en que elabora los textos en función de los objetivos. Para eso, aplica distintos criterios y utiliza los vocablos, la estructura y el tono correctos para lograr el cometido del anunciante. De esta forma, quien trabaje con un redactor publicitario contará con una ventaja fundamental y diferenciadora, que lo pondrá en una situación preferencial. Aquel que cuente con este profesional, logrará una comunicación mucho más efectiva y fluida con sus clientes, que se traducirá en el logro de sus metas de forma más rápida, significativa y por consiguiente, más económica.¿Por qué un redactor publicitario es algo que suena tan cool?• Para empezar., él es el indicado para “transcribir” sus textos y hacerlos entendibles yamenos para sus clientes.
• Sabe cómo dirigirse correctamente al público de su empresa, dependiendo de su perfil y preferencias, por lo que hace tareas de documentación investigación,  y hace todo tipo de  cosas para identificarse con el mercado.
• Trabajando con él, se asegura que los textos llegarán a sus destinatarios sin fallos en la estructura y en la forma (sí, hay que tener buena ortografía, redacción y esas cosas bellísimas del lenguaje).
• Ayuda significativamente a lograr los objetivos de comunicación.Bueno, ¿pero para qué sirve el texto en un anuncio?Todo anuncio lleva imagen y texto. La relación que mantienen estos elementos puede variar: el texto puede apoyar a la imagen, realzarla, contradecirla, etc. Habitualmente, el texto sirve para darle un sentido concreto a la imagen, anclarlo. La imagen por si sola tiene muchas interpretaciones, pero con la ayuda del texto se fija su significado. Un significado inequívoco.Y bueno, si la imagen es un elemento fundamental en el lenguaje publicitario, el texto es clave. Por eso el redactor publicitario busca las palabras y frases más adecuadas para realizar sus objetivos.El texto no puede ser el mismo para productos diferentes ni para el mismo producto si se pretende vender a grupos sociales distintos. El publicista sabe muy bien que cada estrato social posee una jerga o lenguaje específico que pone en boca de sus personajes para fomentar las ventas.La publicidad es un medio de comunicación e información al público. La gente está sometida a un vertiginoso ritmo de vida y a un bombardeo masivo de imágenes y textos, por eso el creador publicitario debe captar su atención en tan solo unos instantes, al primer golpe de oído o vista, porque como todos sabemos un anuncio debe ser persuasivo.
El redactor utiliza como recursos expresivos figuras literarias: metáforas, reiteraciones, dichos o frases hechas, juegos de palabras, rimas, onomatopeyas e infinidad de cosas.
Y no solamente hace anuncios, hace  muchas cosas más: material gráfico (pósters, folletos, etiquetas, carteles y ), guiones (de televisión, cine, radio, multimedia) y de vez en cuando carga con la enorme responsabilidad de crear una marca  y su respectivo slogan.Con el texto publicitario se crea un discurso en el que se mezclan dos tipos de información: denotativa y connotativa.La denotativa es la que nos informa qué objeto que se pretende vender, sus cualidades y nos invita a un acto de compra posterior. Digamos que es lo obvio, lo que cualquiera pondría.La connotativa refleja pautas de conducta, asocia el producto con determinados comportamientos, modas, conceptos de belleza o éxito. Aquí está la verdadera gracia del copy: ponerle “atmósfera” al texto para llegarle al mercado.