El vagabundo que engañó a Hitler

Publicado el 18 julio 2012 por Conocelahistoria
El 30 de abril de 1943, un pescador español encontró un cadáver en plena descomposición en la playa de Punta Umbría (Huelva).  Era un hombre adulto con gabardina, botas, uniforme militar y un maletín atado a la cintura. El maletín lo identificó como el Mayor William Martin,  del ejercito británico. Se le informó al cónsul Francis Haselden, con cuya presencia se abrió el maletín. En su interior se encontraba un sobre, los británicos empezaron a mandar telegramas a España para recuperar el contenido del sobre.

En esos momentos, en plena II Guerra Mundial, España era neutral, pero los alemanes tenían buenas relaciones con este país. Los telegramas del gobierno británico para recuperar el sobre, alertaron a los espías alemanes, los cuales consiguieron el contenido de aquel sobre. Era una carta del Teniente General Archibald Nye, al General Harold Alexander, que estaba al mando de las tropas del Norte de África. En la carta ponía que tras el éxito de la campaña en África, cruzarían el Mediterraneo, y marcharían contra Grecia y Cerdeña. Hitler,  al enterarse,  mandó reforzar aquellas posiciones, la operación Carne Picada (Operation Mincemeat) que es como se llamaba, había tenido éxito. El bando aliado invadió  Sicilia el 10 de julio de 1943, terminando la operación con gran éxito.


Toda la operación se preparó muy bien. Aquel hombre jamás existió, era un vagabundo llamado Michael Glyndwr, lo primero que hicieron, fue anunciar su muerte en The Times, después,  le hicieron un pasaporte falso con una foto de un hombre que se le parecía, le adjuntaron la foto de su supuesta novia,  que debió ser una de las mecanógrafas de la operación, unas cartas de esta, y el recibo de un anillo. Lo arrojaron cerca de las costas españolas, sabiendo la influencia alemana en ese territorio. La operación estuvo apunto de fracasar, pues los alemanes no investigaron mas sobre el asunto, lo que también reconoce que tuvieron suerte. El cadáver se enterró en España, donde por tradición, hay gente que le lleva flores, aunque dicen que el cadáver no se encuentra allí.