"Todo el mundo me lo decía, pero no les creí realmente hasta que lo vi con mis propios ojos"
Lunes por la tarde, Fawn, Gina, Terence y yo pasamos un tiempo juntos para vernos y ponernos al día…
- Resulta extraño, todo el mundo me lo decía, pero no ha sido hasta un año después cuando he visto cual es su cara realmente.
- No te preocupes Gata, -, me responde Fawn -, mira el lado bueno, a mi también me ha pasado. E incluso estando con él he visto que no era lo que pensaba.
- Ya… Pero todos lo sabíais, todos me avisasteis de ello… Y nunca lo vi. Pensaba que era… Que no era así. ¿Lo sabíais todos y he sido la última en saberlo?
- Lo siento decirlo así pero… -, mira al resto y me responden los tres a la vez -, si, ha sido así. Has sido la última en enterarte.
Él apareció en mi vida como alguien que había estado esperando desde hace tiempo, era detallista, divertido, compartíamos aficiones y sabíamos lo que pensábamos en cada momento, como nos sentíamos, como reaccionábamos… ¿Podía ser verdad? ¿Al final había encontrado al hombre adecuado? La primera fase era negarlo, aquello no podía ser, si, poco a poco se fue convirtiendo en alguien casi indispensable, pero sin el casi. El amor te ciega pero yo no lo vi, mi familia pronto me dijo que aquel chico no era lo que aparentaba, mi jefa predilecta me dijo que tuviera cuidado, mis amigos también… Yo le defendía, si, podía no tener las cosas claras pero era una buena persona. Aguanté que me dijera que era bella por dentro pero no por fuera, aguanté las lágrimas no sé como trabajando con él al día siguiente de que ocurriera todo y muchos días más que vinieron, me he comido celos por su mundo de misses, le he apoyado cuando todo se le ha derrumbado, me he pasado noches hablando con él dentro y fuera de móviles, he estado para él cuando ha querido… Y lo peor de todo, he conseguido ser su amiga cuando creía que me iba a consumir el dolor por dentro. Los meses pasaron, dejé de estar enamorada de él aunque seguíamos siendo amigos, era mucho más cómodo porque podía estar mucho mejor en su presencia sin ponerme nerviosa y podía soltarle tal cual pensaba las cosas acerca de él. Comenzó a compartir secretos conmigo, cenas, paseos y compras… Me lo pasaba bien, le apreciaba muchísimo, le quería muchísimo pero no le quería como pareja. Y entonces apareció su verdadera cara.
Al principio no le presté atención, eran detalles tontos y al fin y al cabo las cosas últimamente le iban mal, siempre agobiado y sin tiempo para tener vida social. Esos detalles se convirtieron cada vez más grandes, lo veía en el trabajo, al relación con los jefes, y su continua negación cuando se lo dejaba caer medio en broma medio en serio. De repente un día hizo algo que rompió mis esquemas… Al fin y al cabo soy su confindente dentro y fuera del trabajo. Desde entonces no sé como actuar con él, los sentimientos se enfrentan uno al otro, me contradigo con mis acciones constantemente, le quiero y le odio, tengo detalles con él y me autocontrolo para no dar más de si. Sigo hablando con él, respondiéndole, pero algo ha cambiado. Me ha decepcionado.
Le quiero y le odio, pero es mi amigo. Pero también se que si llega el momento creo que ¿sería capaz de venderme al mismo diablo…? Y eso, a pesar de todas las cosas que me hizo para odiarle y dejar de hablarle, esto es lo que me ha hecho mas daño. Y esto es lo que me ha hecho pensar si realmente quiero que siga en mi vida o no, pero a veces es tan difícil alejar a alguien del que tenías una idea totalmente opuesta a la que tienes ahora. A pesar de lo evidente intento creer que no es así, pero cada vez me demuestra que llevo razón sin embargo sigue teniendo cosas buenas...
¿Dónde está él? O mejor dicho… ¿Acaso siempre fue quién está delante de mí pero no quise verlo a tiempo? La respuesta es aún mas dolorosa.