Revista Talentos

El vuelo infinito

Publicado el 19 mayo 2015 por Nuria Caparrós Mallart @letrasyvidas

EL VUELO INFINITO

Ella -no importa aquí su nombre- soñaba siempre en colores pero una tarde cualquiera, sin previo aviso, se le reventó un globo. Entonces recordó a aquel otro que unos días atrás se le había escapado por la ventana. Se asomó desesperada para intentar atraparlo, pero ya era tarde, el globo subió y subió hasta casi alcanzar una hilera de nubes grises y se perdió de su vista, como todo lo que había deseado conseguir en la vida. Como a él, que para ella era alguien demasiado importante y ella en cambio, tan demasiado común.

Él tenía casi todo lo que deseaba en la vida y ella se consolaba con pintar sus anhelos en una pared o escribirlos hasta rendirse al sueño. Él, cuyo nombre tampoco es relevante, a veces se despertaba ciego por tanta luz artificial, y moría cada día un poco, sediento del calor que, sin saberlo, sólo ella, siempre tan natural, podría darle.

Ella necesitaba cerrar sus ojos para estar con él, él con un sólo parpadeo se rodeaba de un enjambre de reinas vanidosas y complacientes. Pero él, a veces imaginaba un mundo más pequeño, el mismo donde vivía ella, una galaxia lejana y cercana a la vez, un espacio tejido de estrellas que abrazara a dos mundos.

Una mañana de mayo él compuso una canción que hablaba sobre ella, y ella sonrió imaginando que quizá él podría mirarse en sus ojos o inspirarse en su fino y delicado cuerpo que no tenía ni de lejos el glamour y la perfección al que él seguramente estaría acostumbrado.

Ella, en sus momentos de calma y sosiego escuchaba esa canción, deseaba acercarse a él, y él, la cantaba para salir de una realidad aparentemente impecable y completa.

Al final del día, ella guardó el globo reventado en un cajón, como quien a pesar del dolor, se empecina en atesorar un corazón roto. En otro punto del universo, él llegaba a un reconocido teatro donde una multitud lo esperaba para celebrar el lanzamiento de su primer single. Ella se hundió en el sillón y permaneció atenta a la televisión. Se imaginó allí, caminando ufana de su brazo. Mientras él, mantenía una sonrisa arcaica y atendía con un desmedido entusiasmo a la prensa para huir de las enloquecidas fans que peleaban por un autógrafo, una mirada o una foto robada.

Ella lloró colgada en la añoranza de un tiempo en que creyó que sería feliz mientras con el dedo índice acariciaba su nombre. Y casi al amanecer, se durmió repasando en la mente las primeras líneas de un diario más ideal que íntimo.

Él, casi ahogado en alcohol, se deshizo del nudo de su corbata y se sentó en la cama de aquel nuevo hotel en aquella desconocida ciudad. Apuró el último trago del whisky que pidió minutos antes y con su pulgar repasó las imágenes de su teléfono móvil con desgana, como un condenado a muerte.

Cuando despertó, ella tenía los ojos hinchados y trató de esconderse de la luz del nuevo día ocultándose bajo las sábanas.

En la habitación de aquel hotel, él se acostó sobre la cama y miró hacia la ventana. Vio un globo, el único que sobrevivió a aquella extravagante fiesta nocturna. Se había enredado entre las plantas del balcón. Sonrió dejando caer el vaso que sostenía sobre la alfombra. Recordó las fiestas infantiles de la escuela, el olor a comida casera en el jardín de la vivienda familiar, el suave tacto de su madre apartándole un mechón de su cabello y, años después, el primer beso en su dieciséis cumpleaños. Echó de menos aquella vida y al muchacho que fue.

Ella se dirigió al trabajo, decidió cambiar el rumbo habitual y atravesó el parque descalza. Era temprano y el rocío de la mañana se sentía como un bálsamo bajo sus pies. Entonces pensó en quedarse ahí todo el día y de noche, escaparse de aquella vida para siempre.  Pensó en él, en su guitarra y en aquella última canción.

Él metió el globo en su habitación y lo ató a una silla frente al escritorio. Se sentó y empezó a escribir: “Someday, somewhere far from this gray, I will be in the blue of the sky. Can you see the color of this big balloon? This is my life that talks about you, who loves you but does not see you…” (Traducción: “Algún día, en algún lugar lejos de este gris, voy a estar en el azul del cielo. ¿Puedes ver el color de este gran globo? Esta es mi vida que habla de ti, que te ama aunque no te ve…”

© Nuria Caparrós Mallart


EL VUELO INFINITO

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