(El)Conjuro al Olvido (de las) Chicas Malas...

Marjorie Ross G /Arabella Salaverry.

Debo aclarar primero, que hasta hace un par de años, no era lector ni me interesaban estos asuntos, porque creía que era un poco ser gay expuesto, aunque si soy gay, el leer poesía, o creer que tenía un sentimiento diferente a los demás con una historia o, una fuente que contar. Fue Julio; quién me arrastró a esta aventura y nunca podré agradecérselo lo suficiente; porque el estimulo de todos los amigos de la Co., hizo que dejara de dejar pasar la vida y comenzara a vivirla con un sentido diferente, y a su modo me interesaron en lo que estaba a mi alrededor.


Hay que escucharlos hablar de libros, para comenzar a entender que los escritores, y en especial los poetas, están hechos de otra materia, y que no es tan fácil escribir como yo creía, y que no existe un circulo de perfección en ninguno. Los libros son y existen porque tenemos una necesidad interior de comunicación, y de expresión que nos lleva mucho más allá de lo de siempre, o del apoyo de los amigos.
Me explico, Negra que un conjuro es como una oración, y que los conjuros mágicos, como las oraciones que cumplen milagros son las que están hechas de palabras sencillas... quizás por eso, el libro de Marjorie Ross, poesía, me lo compró un amigo hace poco, y el de Arabella Salaverry, lo hice yo cuando fui a la presentación, en Casa México, son parecidas porque cada una por su lado, presentan visiones de un mismo conjuro para mí. Las dos son obras poéticas muy del estilo de la memoria, y la memoria, según algunos estudiosos, es lo que hace un buen libro, porque no podemos hablar de aquello que no conocemos; eso lo aprendí yo con los años.

Mamá vivió la época de las que nos habla Salaverry; porque mis abuelos vivieron la que Ross describe con tanto acierto, y las dos experiencias de vida crearon en ella un disyuntiva de la que nací yo, y hermana, atrapados en un mundo que muchas veces no nos comprende como tampoco lo hace a veces mamá, porque tiene el tensor de la memoria todavía viva. Una de las cosas que me cautivaron toda la vida es la magia y el misterio de las cosas que ocurren a nuestro alrededor, y porque esas cosas no afectan de acuerdo al momento en que las vivimos, e instintivamente las relacioné con los ensalmos de la biblia. Hablando un día con Ne; me di cuenta que en realidad la biografia, el recuento de los daños que padecía la humanidad, fueron escritos, e inscritos de la misma forma que lo hace Ross, es decir con el propósito de no volver a vivir esos horrores nunca más, pero no creo que no entendimos ese proceso.

No sé Ross, yo no creo en dioses de aluminio. Me caen mal los que profesan un mundo ideal a partir de una creencia impuesta, y la biblia para mí fue siempre un libro de conjuros, o de brujas, algo que todos tenemos cerca para recordarnos nuestros errores.

En su libro de las brujas, un recopilatorio de todos los eventos que hemos vivido a lo largo de este siglo de glorias, milagros y desencantos, Ross establece una secuencia entre línea y tiempo, circulo magnético que a la vez que nos inspira el recuerdo aterrador cura la huella maniática del dolor. Salaverry en cambio, nos muestra las tendencias contra la conciencia de las mujeres de ese mismo tiempo en que se podía ser feliz mientras los militares masacraban familias enteras en otra parte del mundo, o se era triste porque nadie comprendía nuestra interioridad y nos hacían renegar de nuestra costumbres de vida, como lo hacía mama en su momento.

El de Arabella Salaverry, tiene su propio estilo de hacer conjuros, su palabra es el de las Chica Malas, que hablaban todas las mujeres de la familia, por cuya culpa, por quemar brasieres, cambiaron el eje del concepto de mujer, convirtiéndolas en reina de todo lo que les había sido prohibido por la descalificaron de los sentidos del hombre; lo cual es bueno, rompieron un esquema y forma de comportamiento que nos da esta nueva sepa de mujeres consientes y sensibles a su propio desarrollo de vida.

No hay dos bruj@s iguales en ninguna parte, por eso es tan bella la secuencia que hace incluso que uno piense en el desarrollo paralelo de las palabras y el sentimiento; en una mística que bate el lenguaje y la idea de demonización, incluido esa tendencia a creer en la superioridad de la palabra nuestra, frente a la de los demás.

La interioridad da paso al fluir de la vida, en Ross; mostrando que sé es algo a partir del simple hecho de tomar conciencia de que deseamos decir y definir en el transcurso de la vida... Salaverry por su parte establece que todo tiempo pasado, vivido con dolor y amor, placer y sensualidad, es mucho más que solo mejor…

7 espejos sin marcos para Conjuro al Olvido de Marjorie Ross G, y
7 espejos con marcos de cristal, para Chicas Malas, Arabella Salaverry P.

Gaby P. para La Coleccionista de espejos