Ella, extraña belleza
Esa que encarnan quienes atisbaron la otra orilla del río y aún así volvieron
Ella, nueva Eurídice
aunque con mayor fortuna
Bebió de la Estige
y, sin embargo, regresó
Es Orfeo quien esta vez aguarda en las sombras
Tú, ¿por qué no le diste el óbolo al Barquero?
Sé que lo guardas para mí