- Hola cielo, cómo te va?
- Bien. Cuánto tiempo...
- Sí, mucho.
- ....
- Oye, a ver si nos vemos uno de estos días, no? Yo bajo a Sevilla a menudo, podemos tomar un café.
- Claro, cuando quieras.
- Pues eso, estamos en contacto.
- Besos, guapa.
- Besos.
Lo que no dije:
- Me es indiferente total que baje a Sevilla, por mí, como si se quiere hacer un tour por Andalucía.
- Me es indiferente, de la misma forma, su café. Qué pasa con la gente y los cafés? Después de todo, menos mal que no dijo una cerveza, con el frío que hace.
- Yo la llamaba para comprobar su disponibilidad sexual. Claro que… a ver cómo se hace eso de forma elegante, y sin tener que pasar por el café, que no me apetece nada de nada.
- Y si ella, simplemente, intentaba mantener una relación más “normal” conmigo?. Ya sabéis, eso de las convenciones sociales. Vamos, algo más allá del “hola, follamos?”. Quizás es tiempo de que yo empiece a ser más normal. Mmm. No, decididamente, ya hay demasiada gente normal.
Qué pensáis vosotros?
Muchos besos, queridos fantasmas.Sigue leyendo