Un día un espermatozoide fecunda un óvulo y allí comienza el proceso por el cual alguien comienza a ser. Esa célula se duplica, cuadruplica, multiplica muchas veces y a eso lo denominamos "embarazo". Otro día, meses después, cuando el producto está "a punto", sale del cuerpo que lo alojó mientras iba siendo y pasa a formar parte de un mundo que compartirá con otros seres durante algún tiempo más o menos prolongado.
Pero, estimo, debe haber un momento de lo que llamamos "vida" en el que comienza el proceso inverso. Un instante preciso en el que ese ser complejo inicia el camino por el cual irá, poco a poco, dejando de ser. Y quizá podríamos llamar "desembarazo" a esa necesaria simplificación, a ese volver a convertirse en uno o más puntos simples. Otro día, meses o años después, cuando el sistema en involución ya carece de capacidad para mantener la vida, el individuo muere, vuelve a la tierra y termina de dejar de ser.
Como fue azaroso su comienzo, azaroso es su embarazo que puede no llegar a feliz término, azaroso su transcurrir por las etapas de su vida, azaroso su desembarazo. Y siendo que comparte sus días con miles de millones de otros seres, tal vez ninguno de los casos individuales tenga mayor importancia para el resto.
Porque cuando el espermatozoide fecundó al óvulo, todos sus elementos ya estaban aquí. Porque cuando volvió a ser polvo no se fue en realidad de aquí.
Embarazos y desembarazos que constituyen ciclos vitales que solamente adquieren relevancia si se los integra en el tiempo y en el espacio para constituir, finalmente, la historia de cuando en el planeta hubo una especie humana que provino de alguna anterior y será continuada por alguna posterior.
Embarazos y desembarazos que buscan tener sentido apoyándose en una explicación trascendente que incluya Creadores y Redentores, causas de estos efectos que en sí mismos no tienen fundamentos lógicos que eviten que ese ser proveniente de un embarazo que no deseó y destinado a un desembarazo que pudo no haber ansiado, viva ese pequeño lapso entre ambos procesos sin estar sumido en una angustia que lo atormente cada día.
Daniel Aníbal Galatro
danielgalatro@gmail.com
Esquel - Chubut - Argentina
Noviembre de 2013
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