Andaban por ahí los Mallarmés, en el parque, los jardines
Los poetas provincianos de mi pueblo, que escribían de embarques con fuertes
Apóstrofos. Lengua de dioses, estatuillas escatimadas, islas del Mediterráneo.
Y yo los divisaba de largo. No podía en ningún momento empezar a usar la dicción
de Kavafis. Clandestino que entraba a los libros forrados con prepucios de esclavos.
Después murieron uno a uno los poetas de mi pueblo. Ahora, entonces
Es cuando les hablo.