Empezamos la visita.........

                        Pasada las Puertas de Tierra, y permitiéndonos el paso el Palacio de Justicia, iniciamos  a través de la Cuesta de las Calesas (en la foto) este hermoso paseo, sobre todo si vas cuesta abajo, que separa la estación de trenes, a la derecha,  del gaditanísimo barrio de Santa María (en la imagen) donde lo veremos más detenidamente en otra "paraita". En la estación de trenes, se da la circunstancia de que la estación antigua sirve de antesala a la otra moderna, esa edificación antigua, tan bonita, hace que la imaginación vuele y parece que de un momento a otro vaya a aparecer el jefe de estación con su inconfundible gorra de plato roja, su silbato y su banderín del mismo color, para dar la salida a ese tren alimentado de carbón que con su inconfundible traqueteo,  iniciando la marcha. Y  tras dejarla atrás, justamente al frente, nos encontramos la entrada del muelle, donde se ubicaba, hasta hace poco tiempo, la estatua de Segismundo Moret, pero debido a una remodelación lo han trasladado a la Plaza de San Juan de Dios al lado de una fuente de colores, y es que amigos, son las cosas de Cádiz, el que fué ministro de Ultramar con Amadeo I, aparece convertido, en el portero de un "Puticlub", en fin, también, normalmente se encuentra el famoso Vaporcito del Puerto, que en un desliz, se dejó caer en el cantil, cosas de la edad ¿sabe usted? y se hizo una brecha, ahora mismo está convaleciente, esperemos se ponga mejorcito y nos alegre la vista surcando la bahía, tan pinturero él, este muelle se prolonga hasta la terminal de contenedores, cerca de la Punta de San Felipe. Pero seguimos, al  lado, nos encontramos con la Plaza de Sevilla, con su fuente y sus banderas, indicándonos que nos encontramos  frente al Palacio de Congresos, otrora, Fabrica de Tabacos, con su inconfundible chimenea y su "pequeñisima" escultura , porque no se le puede llamar monumento, de las Cigarreras, continuamos y llegamos al inconfundible y emblemático "Bar Lucero" donde la gente que trabajaban en el muelle, descargando los barcos, se tomaban su cafelito y se contaban las "batallitas" más inverosímiles, vamos, los más embusteros  del mundo, después de los pescadores, pero te reías, porque hay formas y formas de contar las cosas y echabas un buen rato, después de esta "paraita", llegamos a la anteriormente citada Plaza de San Juan de Dios que es presidida por el impresionante edificio del Ayuntamiento de la ciudad. Y esta plaza, será el punto de partida desde donde partiremos para los diversos recorridos por la ciudad.
                                  Gracias por seguir ahí, un saludo cordial y cuídense.