Empezar una pintura es difícil. Nunca sabes exactamente si lo estás haciendo bien y a veces de tanto repasarla terminas o bien rompiendo el papel o consiguiendo un tono de piel pastoso y horrible. A veces es bueno poner un par de capas y por mas frustrado que uno se encuentre dejarlo secar para el día siguiente, no solo se seca la pintura, también se refresca la perspectiva pero es un soltar y un dejar ir que quizá es beneficio de los expertos. Como a mis pinturas, decidí que era momento de dejarte ir. Talvez te seques para mañana, talvez he insistido tanto en el papel que está finalmente roto.