Emprendedores exitosos: Pensar en la empresa y convertir sus pensamientos en acciones

Por lo general, el emprendedor tiene una perspectiva con respecto a su empresa. Por ello, muchos de ellos terminan en el abismo de frustración porque se encuentran anclados a sus propios negocios, a niveles de asumirse no como sus arquitectos, sino como otros de sus empleados.

¿Cómo pensar con respecto a su empresa? Los pequeños y medianos empresarios hacen todo el trabajo no porque deban, o porque lo necesiten, sino porque piensan que deben. Porque piensan que lo requieren. En muchos casos, son incapaces de delegar responsabilidades, pues acaban por no confiar en nadie, de tal suerte que los problemas inherentes a su emprendimiento los sepultan junto con su tiempo, y coartan el potencial de éxito existente. Por ese motivo, transformar el pensamiento es la clave. Si el empresario quiere que su firma crezca, tiene que pensar en ella como un ente separado de él. Debe pensarla como una franquicia, aunque no necesariamente siga ese modelo de negocio; necesita observarla como un producto que venderá, como un sistema totalmente integrado que funciona exactamente del mismo modo a cada hora de cada día; entre tanto, él requiere saberse empresario y no un técnico. ¿Cómo convertir sus pensamientos en acciones? Esa revolución de pensamiento debe articularse con acciones, que habrán de emanar de un elemento fundamental de todo emprendedor que se prospecte triunfador: la decisión. La decisión entablará amistad con el tiempo, ése que yacía bajo tierra. El reorientar la concepción empresarial, transformará la manera de entender el tiempo y utilizarlo para ejecutarprácticas productivas en los instantes justos. Se trata de acciones dirigidas por una visión clara de lo que anhela que su empresa sea. Esto es lo que los grandes emprendedores como Walt Disney hacen y siempre han hecho. Proyectan el negocio que quieren crear. Se imaginan compañías heroicas, cosas que hacen los héroes. Se imaginan haciendo las cosas mejor que nadie, hasta que lo logran. Fuente: Blog de Juan Factor