Aunque nos cueste admitirlo, hay empresas que están en decadencia desde hace mucho tiempo. Puede que la decadencia les haya llegado desde hace varios años y a pesar de que la “alta gerencia” se niegue a admitirlo (muchos trabajadores también se niegan a admitirlo por una cuestión de apego emocional a algo que saben que no funciona ni funcionará en el futuro).
Algunos “síntomas” de las empresas decadentes:
- Tienen una alta rotación de personal: el talento “excepcional” no se une a empresas mediocres.
- Cambian frecuentemente de proveedores: cuando una empresa no trata bien a sus proveedores, estos terminan alejándose de ella (en el fondo, todos tenemos un poquito de dignidad que no nos permite arrodillarnos ante situaciones que son abiertamente irrespetuosas)
- Alta rotación de clientes: las empresas decadentes no logran concretar acuerdos de mediano y largo plazo con algunos clientes porque no llegan a alcanzar un mínimo de calidad en su oferta de productos y servicios.
- Problemas severos de flujo de caja: un cliente insatisfecho está menos dispuesto a pagar por los productos y servicios “defectuosos” que recibe.
¿Tienen solución las “empresas decadentes?
El gran problema de las “empresas decadentes” es que muchos de sus “ejecutivos” son extremadamente arrogantes y no admiten que han estado tomando decisiones equivocadas en la conducción de sus empresas. Necesitan una “sobredosis” de humildad para aceptar que pueden tomar una camino diferente para alejar a sus empresas de la decadencia y de la mediocridad.
Al final, es importante recordar las palabras de Joel Arthur Barker: “los éxitos pasados no garantizan absolutamente nada en el futuro”.