Se cuenta que Bobby Fischer tenía problemas neuróticos, psicóticos, otros apuntan a presiones del gobierno por la guerra fría. Es todo un enigma, pero lo único que es seguro, es que el ajedrez murió un poco de después de su retirada, lo que ha hecho que sea un mito y su leyenda aún siga viva entre nosotros casi 40 años después.
En 1975 debería haberse cambiado el calendario ajedrecístico, tenía que haberse nombrado año 0 después de Bobby Fischer.