En acción

Hace casi un mes, durante un evento, los jugos gástricos en mi estomago intentaban salir por mi garganta al mínimo intento de hablar o de cantar…

Culpe a las tortitas de pollo capeadas con huevo y bañadas en salsa verde que comí y también culpe a las dos quesadillas de chicharrón que almorcé en el trabajo. Me sentía tan mal que pedí al anfitrión de la fiesta queme regalara algún medicamento contra la acidez que pudiera tener. Dos Alka-Seltzer llegaron a mi rescate.

Terminando ese evento, me quede pensando y obviamente los culpables no fueron los alimentos. Fueron los malos hábitos alimenticios que venia sosteniendo por casi un año los que me provocaban esas crisis infernales de gastritis y en peores ocasiones, la colitis se detonaba con pasión.

Puas by Carlotta Silvestrini

Decidí tomar cartas en el asunto, pues no es muy agradable pasar constantemente por este tipo de situaciones y ahora a casi 15 días de retomar una alimentación mas balanceada, sin refrescos, cerveza, alcohol y alimentos grasosos y picantes, la gastritis/colitis prácticamente no se ha vuelto a manifestar en mí. Sin mencionar que retome un poco la actividad física y hasta algunos kilos he perdido.

Pablo esta por nacer y Mateo está creciendo rápidamente y ya ansía tomar su papel de hermano mayor. Martha está feliz, aunque ya algo cansada por las molestias propias de su embarazo.

Todo esto me hace replantear si en verdad vale la pena seguir con prácticas sedentarias en la casa y en el trabajo, con una mala alimentación y uno que otro exceso con el alcohol.

La respuesta es obvia.