Un ángel en el Puente de Sant'Angelo, Roma.(Fotografía de Isabel Martínez Barquero)
Dame el color escondido tras tu mirada,
el impulso energético de tus manos
la fortaleza inexpugnable de tu espíritu,
la ternura sutil de tus acciones.
Desvélame tu secreto luminoso,
el que te alza sobre todas las desdichas,
el que te eleva, incólume, sobre los días más grises,
el que te protege de las espadas agudas de los otros.
Cuéntame los lugares azules
que visita tu ansia cada noche,
que herida vengo por los afectos inconstantes
y rota estoy por los silencios cotidianos.
(De "Dicha")