Un abrigo. Hace frío.
Izquierda, izquierda.
Una botella. Luego me emborracharé.
Derecha, izquierda. Un pastel, ¿van veinte años?
Derecha, derecha. Una puerta. ¡Abierta!
Un joven dolorosamente similar a mis recuerdos traspasando el umbral hacia un juego perverso. Oculto, prefiero la libertad a darme la advertencia que nunca recibí.