Revista Talentos
"¡No prometo respetarlo ni en la salud ni en la enfermedad!", gritó ante la sorpresa de los presentes. De repente se creó una sensación tan amarga en el novio, cura, madrina e invitados, como dulce en sus padres y hermanos, al escucharla decir, después de veintiséis años, sus primeras palabras.