En el nombre del Folclore

Publicado el 07 diciembre 2010 por Perropuka

¿Caravana de platería?

No contentos con inundar el país (sobre todo enoccidente) de fiestas o entradas folclóricas, no contentos con provocar elmáximo ruido posible, no contentos con paralizar las actividades laborales, nocontentos con la tradición estética de las danzas y otras excusas culturales,se ha incurrido inevitablemente en una excesiva representación a pequeña escaladel Carnaval de Oruro por doquier, lo cual ha generado una inevitable tergiversación  y banalización de las danzas, reflejándosenítidamente en la confección de los trajes.
Progresivamente nuestros hábiles artesanos, incurrenen una excesiva estilización de los diseños de máscaras y trajes, cada cual másextravagante como queriendo competir entre los gremios, dándose tintes de ‘originalidad’y ante una falta de homogenización  oreglamentación de los diseños, se comenten todo tipo deatentados estéticos, en muchos casos ajenos a nuestra cultura. Veamos algunosejemplos representativos:
La Diablada, de lejos la danza más espectacular, que essimplemente la representación de la lucha del Bien (personaje del Ángel)  contra el Mal (El Diablo y los siete pecados capitales). En un principio se leañadieron algunos personajes como el cóndor o el oso andino, pero lamentablemente  en un afán de darle más ¿colorido? odiversidad, se les ha dado por incluir personajes extraños  como el de la Parca con guadaña y todoo la aberración de acompañar con disfraces de gorilas y osos multicolores,incluidos el rosa o rojo.

¿y las máscaras?

La Morenada, otra danza bellísima, lamentablemente sedeja a un lado el uso de la máscara que le da armonía al conjunto del traje y paulatinamentese lo reemplaza por un tosco sombrero. He visto trajes de ‘achachis’, recubiertos  en laespalda de escorpiones, langostas o camarones gigantes de esponja o gomaespumaen vez de la tradicional serpiente andina.
Los Tinkus, pareciera que los danzarines especialmentevarones, compitieran por llevar más chalinas (bufandas) amarradas a la cinturay lo más reprochable, recargar de plumas las monteras o cascos de cuero, pareciéndose a  un tocado de la danza de los Tobas.

¿Tobas o Halloween? (detalle de brujo)

Los Tobas, es quizás la danza que más retoques yestilizaciones burdas ha sufrido, comenzando por adoptar la vestimenta de losindios norteamericanos  y donde más senota ese barroquismo estético se da en el personajedel brujo, (ver foto), a tal punto que se confunde con un personaje de Halloween y para rematar, los bailarines varones lucen descaradamente zapatillas Nike en reemplazo de los tradicionales mocasines de tela.

Los Caporales, se impone el diseño ‘aeroespacial’,con hombreras exageradas, en forma de alas de murciélago y otros esperpentosestéticos que se asemejan a personajes de algún cómic y ni hablar delos pollerines cada vez más cortos delos trajes femeninos.
Finalmente, en algunasfiestas se acostumbra acompañar a las comparsas con caravanas de coches,adornados con platería, mantos artesanales y diversos adornos, que le dan untoque pintoresco y atractivo,  peroprogresivamente se han reemplazado  estoselementos estéticos por muñecas de plástico, osos de  peluche chinos, sábanas y mantos sintéticos.Maravillas del progreso tecnológico dirán algunos.
Es verdad que lasmanifestaciones culturales experimentan cambios de diversa índole a lo largodel tiempo, pero eso, no es motivo o excusa para salpicar, tergiversar,corromper o contaminar nuestras expresiones folclóricas, dotándolas decaracterísticas ajenas a nuestras tradiciones.
Luego nos quejamos comoviejas beatas y acusamos a nuestros vecinos chilenos y peruanos de apropiarse ytergiversar nuestras danzas. No nos extrañe.