Es común que en las inducciones a la relajación te pidan que te visualices en un lugar tranquilo; los que saben te piden que elijas el lugar donde te sientas mejor; los que no, te indican que te sitúes en tal o cual sitio, usualmente, playa o bosque. Y no son buenos para mí.
Para mí, la mejor relajación se obtiene acostada, y acostarme en la playa implica arena metiéndose donde no la llamo y grazanidos interrumpiendo el silencio; con el bosque pienso en bichitos y me siento vulnerable, como por efecto de la imagen de Blanca Nieves huyendo, supongo. Mi idea de estar a gusto es urbana. Yo siempre recuerdo una comodísima cama de hotel con sábanas blancas impecables.
Silvia Parque