Hace muchos años que el lienzo, como soporte, no me emocionaba. He visto grandes obras de grandes autores pero el concepto, la ejecución y, sobre todo, el resultado hacen que la obra de Pere Coll pase a formar parte de mis referencias artísticas.
La valentía en la insistencia del uso del color negro como protagonista único y la pincelada como elemento narrativo revelan una genialidad que desemboca en una trayectoria que, desde mi punto de vista, merece mucho más reconocimiento. Un artista único.
El color negro (o ausencia de luz) puro con sus matices y los brillos como protagonistas de la figuración que insinúan un movimiento subordinado a la iluminación, muy importante en esta obra, que lo complementa y destaca su valor.
Sus océanos negros son lo que más me ha emocionado, la verdad, y lo quiero compartir.