El día 10 de diciembre estuvimos en Olivenza con Azaría, en el Museo etnográfico González Santana. Fue un placer regresar al museo porque allí acudí para documentarme mientras escribía la novela. Si digo que la barbería de Manuel, el padre de Inés, tiene la esencia de la que se muestra en el museo no miento, ni un poquito. Si tenéis la oportunidad visitad Olivenza porque es con una de las localidades con más encanto de Extremadura, auna cultura portuguesa y española, lo que podréis apreciar a poco que paséis por el centro o visitéis las iglesias de Santa María del Castillo y Santa María Magdalena. Por supuesto también tendréis que subir a la Torre del Homenaje y estáis obligados a perderos en el museo etnográfico que tiene mucho que ver y da una amplia visión de lo que podía ser el sur de mi tierra en el siglo XIX y XX: consulta del médico, escuela, despacho, barbería, sastrería, imaginería religiosa...
También hablé de cosas que he ido aprendiendo de los lectores con los que he tenido la fortuna de encontrarme a lo largo de estos meses y que están convirtiendo a esta obra, en una novela de largo recorrido. Y es que han sido los lectores los que me han hecho ver que Azaría es una novela sensorial, con grandes historias de amor (y no me refiero exclusivamente a de Inés y Roberto), una novela que a pesar de ser negra escapa a las clasificaciones cerradas. Una novela donde un pueblo, el sol y el calor son personajes esenciales, donde las mujeres toman un papel esencial y luchan por la justicia y la verdad, dónde las presencias son tan fuertes como las ausencias. Creo que conocer y tratar a los lectores de Azaría ha sido una de las cosas que voy a guardar en mi corazón con mayor gratitud.
Otra de las cosas que me traje de Olivenza ha sido un nombre, el nombre de una mujer que me va resonando en la cabeza y que posiblemente, si consigo alguna información al respecto, tenga un hueco en este blog, o en el que se forme de la unificación de La Puerta Deshecha y este. Ese nombre es: María Luisa CarvalloMuchas gracias a Olivenza y los oliventinos. Espero que Azaría os guste y que visto el frío que se nos vendrá encima, os proporcione algo de calor. Nos vemos pronto. Y los que no conozcáis Olivenza perdonad que me marque un Matias Prats e insista... id a recorrer sus calles, probad la técula-mécula, hablad con sus gentes y admirad su arquitectura (me lo agradeceréis).