Me
gusta sentirme en paz, empezar conmigo misma, esa sensación de sentirme
conectada, puede que eso es lo que cada día me une a todo lo demás.
A
veces necesito un toque suave, mejor una caricia, que produzca la
inercia del movimiento cuando me detengo, ese movimiento produce una
especie de efecto impagable que hace que sea capaz de avanzar sin
importar la velocidad, el tiempo se difumina, paso a una dimensión
distinta donde nada es lo que aparenta ser y sin embargo todo es de lo
más auténtico, mientras mi piel se refleja en tu piel.