En tus pupilas Capítulo 4

La moto se detuvo a solo unos centímetros de donde Keisi permanecía sentada. Era una flamante MV Agusta modelo F4 RR 312 que le hizo perder el hilo de sus pensamientos. Permanecía sentada en un banco cerca del puente que cruzaba el río y había estado soñando despierta con un abrigo que había visto en un escaparate de Mango.
El recién llegado se deshizo del casco mientras apoyaba los pies en el suelo para mantener el equilibrio de la moto. Sacudió la cabeza y un manojo de rizos negros le rodearon el rostro mientras sus ojos oscuros examinaban a Keisi y sus labios le regalaban una sonrisa.
- ¿Te llevo? -
Keisi tuvo que morderse la lengua para contener un ¨si¨ inoportuno. ¨Joder, pero si ni siquiera lo conozco.¨ El alivio de aquella recriminación mental no duró mucho, de repente recordó los besos impetuosos que ambos se habían robado en la oscuridad de una discoteca tan solo dos noches antes. ¨ Ya, no lo conoces, pero bien que le pusiste los cuernos a tu novio con él.¨ ¿Valía la excusa de que había estado bebida? Claro que no, solo había bebido una naranjada con vodka. ¿O habían sido dos?
- No gracias. Mi hermana está de camino.- Su mente comenzó a funcionar a una velocidad de vértigo. ¿Cómo había sabido dónde encontrarla?
- Pues llámala y dile que ya no es necesario que venga- Aquella voz era capaz de llevarla a la claudicación. Era profunda, masculina, embriagadora y…pero bueno ¿desde cuándo se había convertido ella en una réplica de la Real Academia?
- Es mi hermana, no mi taxista particular. Seguramente ya está cerca.
- Entonces puedo llamarla yo. - Pero bueno ¿es qué no conocía el significado de la palabra no?
- Me repito: no, gracias. Además, ¿a qué viene tanta confianza? No siquiera sé cómo te llamas.
- Alexander, Alex para los amigos. Y tú te llamas Keisi ¿verdad? Al menos eso fue lo que dijiste el sábado, aunque me resultó difícil de creer. ¿Quién podría llamarse así?
- Pues yo idiota. Al menos el mío es un nombre original y poco común. Alex podría ser incluso el perro de mi vecino.
Keisi giró la cabeza para alejar el rostro de Alex de su campo de visión y en ese mismo momento descubrió el Seat de su hermana aproximándose a ella. Nunca se había sentido tan feliz de ver a Dayana. Un minuto más y hubiese sido capaz de borrar la sonrisa impertinente de aquel creído de un puñetazo.
- Lo ves, mi hermana ya está aquí. Ahora me levantaré, te diré adiós y ambos fingiremos que este encuentro nunca tuvo lugar.
Alex observó divertido como Keisi evitaba mirarle a los ojos. Siguió con la mirada cada movimiento suyo mientras se levantaba del banco y recogía su bolsa. Ella ya se había alejado medio metro cuando él se giró para decirle:
- De acuerdo. Hasta luego entonces.
Keisi detuvo su paso abruptamente. Se dio media vuelta y lo miró con los ojos desmesuradamente abiertos.
- Escucha…Alex. Lo que sucedió entre tú y yo el sábado solo fue un error. Estuvo bien…estuvo genial en serio, pero yo tengo novio…
- ¿Tienes novio? ¿No tienes suficiente con uno solo?
Aquello era demasiado. Keisi respiró hondo e intentó apaciguar la sangre en sus venas antes de ponerse a gritar como una histérica. El sonido de un claxon rompió el silencio y recordó que su hermana la esperaba en su coche.
- Esto nunca ha pasado. Tú y yo nunca nos hemos visto y lo del sábado por la noche fue solo eso…lo que pasa en la noche, en la noche se queda.
Alex se la quedó mirando con una sonrisa cínica en los labios mientras ella subía al coche con su hermana. Por supuesto que se volverían a ver. Más pronto que tarde.




Abrí la puerta de casa con la voz de Keisi retumbándome en los oídos. Desde que la había recogido a la salida de su trabajo no había parado de quejarse de aquel chico con el que había estado hablando y yo sentía que la cabeza me iba a explotar de un momento a otro.
- Mamá llegará tarde hoy así que nos toca a nosotras hacer la cena- Anuncié mientras encendía la tele y marcaba el número del canal mediante el cual podía acceder a las radios musicales.
- De acuerdo, tú encárgate de la ensalada que yo me ocuparé del pescado.- Me respondió Keisi desde su habitación.
Finalmente logré acceder a los 40 Principales justo a tiempo para escuchar la voz de Bruno Mars y su ¨Just the way you are¨. Estaba a punto de poner el volumen a tope cuando sentí el ya tan conocido ruido del teléfono fijo. Me acerqué a la mesilla de la sala y me llevé una inesperada sorpresa al observar el número de la llamada entrante. ¿Me estaba llamando yo misma?
La voz de Bruno Mars murió en mis oídos mientras descolgaba el teléfono: ¨ Yeah, I know, I know when I compliment her she won’t believe me. And it’s so it’s so sad to think that she don´t see what I see, but every time she ask me do I look okay, I say. When I see your face there’s not a thing that I would change. Cause you ‘re amazing, just the way you are.¨